El delegado del Gobierno no cree que el hecho de que durante la última semana no se haya registrado la entrada de ningún grupo de inmigrantes ilegales se deba a un cambio en la forma de actuar de las autoridades marroquíes. Antonio María Claret entiende que es «una buena noticia» y que «debemos estar contentos» de que la presión migratoria, que ha sufrido Melilla durante los meses de julio y agosto, comience a estabilizarse aunque sea sólo por el momento».

Claret volvió a insistir ayer en que él no tiene constancia de que haya habido un dispositivo distinto, tanto ni por parte de Marruecos como ni de España, para frenar la avalancha de indocumentados que estaban llegando a la ciudad.

Pese a las peticiones del Ejecutivo local de exigir más lealtad a Marruecos para reducir las entradas de inmigrantes, Claret aseguró que el Gobierno marroquí «hace todo lo que puede». Dijo que «habitualmente» el país vecino se comporta con bastante lealtad y colabora sin problemas con España. De ahí, que «no exista una queja general con su trabajo, tampoco con su comportamiento salvo, señaló el delegado, en situaciones puntuales.

A preguntas de la prensa, se ha referido también a la salida de internos del CETI. En este sentido, explicó que esta cuestión depende de las posibilidades de traslados y de la atención que se pueda dar en los Centros de Internamiento de la península. También de si son o no reconocidos por sus países de origen.

En otro orden de cosas, aludió a las chabolas del alto del Cerro de Palma Santa. Señaló que tanto la Delegación del Gobierno como la Ciudad están trabajando para conseguir dar una solución a este asunto. No obstante, comentó que es «problema complejo puesto que ocupan terrenos ilegales que bien pueden ser domicilios particulares.