«Me dejó 15 días sin comida»
Las Provincias, , 05-08-2011Naima tiene prisa. El reloj marca las nueve en punto y le esperan. Tras coger su bolso nuevo, baja las escaleras que le conducirán a la calle. Lleva puesto su vestido color turquesa de tirantes y se ha recogido el cabello largo y rizado con una hebilla a juego. Sí, así se ve más guapa. Más que nunca. Porque Naima, ahora, es feliz. Muy feliz. Atrás ha dejado el drama que sufrió durante cuatro largos meses en los que su marido la encerraba días y días en una habitación de casa «con algo de agua pero sin comida» y le daba palizas «casi a diario».
Un infierno que comenzó tras la boda celebrada en Valencia por el rito musulmán después de que, como manda la tradición, el enamorado viajara a Marruecos y pidiera la mano a los padres de la joven treinteañera. Se habían conocido tres días antes.
Pero una mañana del pasado mes de febrero, Naima salió a la calle. «Me dejó 15 días sin comida» y estaba exhausta. Anduvo un rato por la ciudad sin rumbo fijo hasta que, por un ataque de ansiedad, cayó al suelo. Tras relatarle a los servicios de emergencia la «situación desesperada» que vivía, la trasladaron a un Centro de Mujer 24 h donde permaneció tres días. Y de ahí, a la Casa de Acogida Dorothy Day donde ha vivido dos meses.
«Aquí me han dado cobijo hasta que he encontrado un trabajo», afirmó ayer la joven. «Estoy interna cuidando a una señora mayor. La llevo al médico todas las semanas y hago las tareas de limpieza diarias», subrayó feliz.
Y es que para la joven, esta casa de acogida ha marcado un antes y un después en su trayectoria vital. Tras un pasado duro que le trajo a Valencia en busca de un futuro mejor hace dos años y medio y el matrimonio fallido con el joven marroquí, Naima ha vuelto a sonreír, ha dejado atrás el miedo y, sobre todo, ha recuperado la dignidad.
Pero Naima no es la única. En esta casa de acogida viven en la actualidad un total de 15 personas, 11 mujeres y cuatro niños procedentes de Marruecos , Honduras, Nigeria o Rumania que ayer recibieron la visita del conseller de Justicia y Bienestar Social, Jorge Cabré.
«Acogemos a mujeres inmigrantes en edad laboral, con o sin hijos, que vivan una situación socioeconómica difícil pero no han de haber sufrido malos tratos necesariamente», explicó la directora de la Casa de Acogida Dorothy Day, María José Vergara.
En este hogar temporal pueden alojarse durante un periodo máximo de tres meses, con prórrogas de hasta seis meses, y esto es porque, según la directora, el objetivo es «conseguir un trabajo que les aporte una autonomía mínima para que puedan subsistir por ellas mismas».
Para ello, el centro les ofrece un plan de inserción laboral basado en talleres sobre el manejo del correo electrónico y cómo enfrentarse a una entrevista de trabajo, además de terapias de mejora de la autoestima o el cuidado de los hijos.
Y, como todos los hogares, este no está exento de una organización. En este sentido, las mujeres se distribuyen, por semanas, la limpieza de las zonas comunes del centro (el salón, la salita y la ludoteca), los tres cuartos de baño o la limpieza de los cacharros de la cocina después de la comida y la cena.
El cumplimiento de los horarios es también fundamental para el orden interno. A las nueve se desayuna, de dos a dos y media se sirve la comida y, entre las nueve y las diez, la cena. Y si en algún momento alguna compañera agrede a otra de forma verbal o física, se le da un aviso. Al segundo, abandona la casa.
Cuarenta personas han pasado por esta casa entre enero y julio de 2011. En 2010, fueron 62, de las que el 32% consiguó trabajo.
Por su parte, el conseller de Justicia y Bienestar Social, Jorge Cabré, declaró durante su visita al centro de acogida que, tras «la nula gestión del Gobierno de España a favor de las personas inmigrantes sin hogar, la Generalitat asumirá el 100% de la financiación de nuevas plazas de acogida».
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