Los guardacostas italianos rescataron ayer a más de 300 personas que navegaban desde hacía días en un intento de alcanzar la pequeña isla de Lampedusa. A bordo de la barcaza yacía el cadáver de un joven subsahariano. Es la última patera de una nueva oleada que comenzó después del inicio, en marzo de este año, de las operaciones militares para expulsar al dictador libio Muamar el Gadafi. Desde el lunes, han llegado a Lampedusa 930 personas, subsaharianos huidos de Libia. Al menos otros 26 han muerto en el intento.

A primeras horas de la mañana, un inmigrante llamó con un móvil a la sala de control de la guardia costera de Pantelleria (otra isla italiana, en el brazo de mar que separa Europa de África). El hombre comunicó que el motor tenía problemas y pidió que fueran a salvarlos.

La barcaza, de unos 20 metros de eslora, se había quedado parada 90 millas al sur de la isla siciliana, todavía en aguas libias. Un remolcador de Chipre lanzó algunas balsas a los inmigrantes, que llevaban casi dos días en el mar con el motor averiado. “No les subieron a bordo ni se acercó”, cuenta Antonio Morana, comandante de la capitanía del puerto de Lampedusa.

Un helicóptero italiano llegó poco después y entregó agua y comida a los inmigrantes. Cuando, a las 14.40, tras cuatro horas de navegación, llegaron las lanchas de la guardia costera, empezó el transbordo y arrancó el último tramo del desafortunado viaje. “Estaban exhaustos. Nos lo contaron los marineros que coordinan las operaciones. Cinco de ellos no se movían por lo débiles que estaban, y fueron trasladados de inmediato al hospital de la isla, en helicóptero”, contó Fabio Strinati, médico de la Cruz Roja, mientras esperaba en el muelle la llegada de la mayoría de los rescatados.

Entre los 300 tripulantes, uno yacía muerto en la cubierta. Sin embargo, los supervivientes contaron a los militares y a los médicos del hospital que “decenas y decenas” de compañeros de travesía murieron de sed a lo largo del viaje. Otros compañeros de singladura lanzaron los cuerpos al agua y el Mediterráneo los engulló. “Mis hombres no vieron nada en el mar, en el lugar del rescate. Ni cuerpos ni prendas”, aseguró Morana. Ninguna fuente oficial ha confirmado de momento la versión de los inmigrantes.

En los centros de acogida de Lampedusa hay actualmente 1.200 personas. Desde enero, cuando se intensificó el flujo de como consecuencia de las revueltas en Túnez y Libia, han llegado 53.000. Las organizaciones humanitarias cuentan que hasta la fecha 1.674 personas han muerto intentando alcanzar las costas italianas.