Mérida. La capital extremeña se despertó ayer con un tiroteo entre dos familias en plena calle que arrojó un balance de dos personas muertas, un herido (al parecer, menor de edad) y cinco detenidos por su presunta implicación en el violento enfrentamiento del que, por el momento, se desconocen las causas. La refriega, que se produjo sobre las 11.45 horas en la barriada El Peri de San Lázaro a plena luz del día – se trata de uno de los barrios más conflictivos de la capital extremeña – , fue descrita por su alcalde en funciones, Miguel Valdés, como “una película de vaqueros” y señaló que “esto parecía Kosovo”, con las calles repletas de casquillos y las fachadas y coches llenos de impactos de bala.

Asimismo, el edil emeritense mostró su perplejidad y señalando que no sabía qué decir en relación al suceso, al tiempo que lamentó que “sucedan este tipo de cosas en el siglo XXI, que la gente arregle sus diferencias a base de tiros y que haya armas sueltas por ahí con gente sin ningún tipo de escrúpulos para disparar por la calle”. “No sabemos por qué se inició esta situación con un resultado tan dramático”, con dos personas muertas y con gente pasando por la calle, dijo Valdés cuando se encontraba en el lugar del suceso.

Uno de los muertos es una mujer, que falleció en el lugar de los hechos, y el otro es un hombre que resultó herido y que murió tras ingresar en el hospital de Mérida en estado grave. El Servicio Extremeño de Salud (SES) confirmó que la muerte del hombre había sido producida como consecuencia de una herida de bala en el tórax, con orificio de entrada pero no de salida, y también precisó que la fallecida, de 71 años de edad, llegó cadáver al hospital. El cuanto al otro herido, un varón – al parecer, menor de edad – , también presentaba herida de bala, en su caso en el abdomen, y ayer se encontraba estable sin que se temiera por su vida.

Los agentes continuaban ayer con las investigaciones para conseguir “la plena identificación y detención de los implicados en este hecho”, señalaron fuentes policiales.

la comisaría, al lado Cuando Miguel Valdés fue preguntado sobre la cercanía de la nueva comisaría de Policía de Mérida al lugar de los hechos – puede ser vista desde el mismo lugar del tiroteo – , este valoró esta circunstancia como “sorprendente”, aunque al mismo tiempo consideró esta circunstancia “más una anécdota que otra cosa”.

Valdés también recordó que cuando se decidió sobre el lugar que ocuparían las dependencias policiales, en el conflictivo barrio de San Lázaro, se dijo que todo sería “mucho más tranquilo” y concluyó haciendo alusión a las circunstancias de este suceso como de “triste paradoja”. No obstante, el alcalde en funciones consideró que “cuando la gente es como es, ya le pueden poner la comisaría en la planta baja de su casa, que los que están arriba, si son como son, hacen este tipo de cosas”.

Miguel Valdés se refirió también a este barrio de San Lázaro, conocido popularmente como El Peri, como un “espacio desgraciadamente deprimido” y “complicado”. “Todo esto merece una reflexión más profunda, Mérida no merece este tipo de personajes”, apuntó el primer edil en funciones.

Trágico ANTECEDENTE Este caso se une a otro de características similares que ocurrió el 26 de julio en la pedanía de Palomares, de Cuevas de Almanzorra (Almería), que se saldó con tres víctimas mortales. En esta ocasión, el tiroteo tuvo lugar a primeras horas de la noche, también en plena vía pública, y los disparos fueron efectuados por un joven que más tarde se entregó voluntariamente a la Guardia Civil.

Las víctimas, un matrimonio de 46 y 42 años, así como uno de sus hijos de 25 años, eran de etnia gitana. Los hechos se produjeron tras una discusión y después de que el presunto autor de los crímenes presentara una denuncia ante la Guardia Civil.