Roma. Una nueva tragedia desembarcó ayer en la isla de Lampedusa. Los guardacostas italianos encontraron durante la madrugada 25 cadáveres a bordo de una barcaza procedente de Libia en la que iban otras 271 personas indocumentadas. El rescate se llevó a cabo después de que este servicio de vigilancia recibiera una llamada de socorro, hecha desde la nave a través de un teléfono satelital y en la que no se comunicó la muerte de tripulante alguno.

Lo que ocurría era que, debido al peso que soportaba la barcaza y el mar agitado, los ocupantes no conseguían avanzar hacia la costa. La embarcación se hallaba a 35 millas (unos 56 kilómetros), prácticamente a medio camino entre Libia y Lampedusa (ambas costas está separadas por 120 km). Cuando llegaron al lugar, los guardacostas acompañaron a la embarcación, de 15 metros de eslora y que había zarpado desde el país norteaficano hacía dos días, hasta el puerto de Lampedusa, pero durante la travesía se rompió el motor y los inmigrantes tuvieron que ser trasladados durante un tramo en las lanchas de los militares.

El hallazgo se produjo mientras se realizaban las labores de traslado de las 271 personas, entre ellas 36 mujeres y 21 niños, que viajaban hacinadas en la barcaza. Fuentes de los guardacostas informaron de que los 25 cadáveres estaban en la sala de máquinas. Los fallecidos son todos hombres y los médicos del ambulatorio de Lampedusa están practicando los primeros exámenes para establecer las posibles causas de las muertes. Una primera hipótesis que se maneja es que los fallecidos fueran los primeros en embarcar, que se situaran abajo, en la sala de máquinas, a la que se accedía a través de una escotilla de apenas unos 50 centímetros de ancho, y que los gases que emanaba el motor les provocaran la asfixia.

Interrogatorio El resto de los inmigrantes, que se encuentran deshidratados pero en buen estado de salud, fueron acompañados al centro de acogida de la isla italiana y ayer estaban siendo interrogados para conocer más detalles de la travesía. Queda por saber si los fallecidos intentaron salir de la sala de máquinas y si el resto de los ocupantes se lo impidieron porque no había suficiente espacio arriba, como indicaban algunos supervivientes.

Desde enero, han llegado a las costas de Italia 51.000 personas indocumentadas procedentes de los países del norte de África. Las continuas olas de inmigrantes, que se han multiplicado desde el comienzo de las revueltas en el Magreb, tuvieron su mayor pico en primavera y, en las últimas semanas, parecían haberse aplacado. Sin embargo, el hallazgo de estos 25 cadáveres vuelve a teñir de luto la pequeña isla de Lampedusa, que soporta el mayor peso de esta ola migratoria. Desde comienzos de año han muerto 1.600 personas intentando alcanzar sus costas.