Ofrecían a compatriotas, jóvenes moldavas y rumanas, contratos para trabajar como bailarinas en España. Una vez aquí, las persuadían de que con ese trabajo no iban a poder saldar la deuda económica que habían contraído y, mediante «amenazas, coacciones e incluso violencia física», las trasladaban a un club de alterne donde eran obligadas a ejercer la prostitución. La Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras del Cuerpo Nacional de Policía en Bilbao acaba de desarticular un red dedicada al tráfico de mujeres procedentes de países del Este con la detención, la semana pasada, de cuatro personas.
La unidad averiguó que dos hermanos de origen moldavo y residentes en Italia eran los que elegían a las chicas que, vía Roma, eran trasladadas a Bilbao. Ellas se comprometían a pagar 3.000 euros con los beneficios derivados de su trabajo como bailarinas.
Los cuatro detenidos son dos ciudadanos moldavos T.P. y V.V., un español, J.S.C.L., propietario del local de Vizcaya en el que ejercían la prostitución las víctimas de la red, e I.C.V.Z., la mujer encargada de vigilar a las chicas en el club de alterne, señala la nota de prensa emitida por la Delegación del Gobierno en el País Vasco. Los arrestados, a los que se acusa de delitos contra los trabajadores y relativos a la prostitución, ya han sido puestos a disposición judicial.
La operación continúa abierta hasta que se logre la captura de los integrantes de la banda que en el momento de su desarticulación no se encontraban en España.