Un hogar para los inmigrantes

La asociación sei, que promueve la integración social de adolescentes, precisa voluntarios

Diario de Noticias, pamplona, amaia urra, 26-07-2011

SEI es una asociación independiente de Pamplona que ayuda a personas inmigrantes, especialmente a adolescentes, a integrarse en la sociedad navarra y evitar su exclusión social. Trabajan invierno y verano, y para ser voluntario, no hay que tener una edad determinada, ni tampoco un oficio concreto. Basta con ser personas comunicativas, con capacidad de escuchar, pacientes y constantes. Por otra parte, para que los inmigrantes recién llegados reciban apoyo es necesario que sean mayores de 21 años, y que lleven en Pamplona como máximo 18 meses.

La sede del Servicio Socioeducativo Intercultural se localiza en el número 32 de la calle Francisco Bergamín, local fue cedida por el colegio Jesuitas en 2010. Desde su inicio en 1999 hasta el año pasado llevaron a cabo su actividad en espacios prestados por la parroquia de San Miguel. Sin embargo, Sara Bea Zirauqui, coordinadora general de la asociación SEI, subrayó su condición de “entidad independiente”, y aclaró que “Jesuitas cedió los centros única y exclusivamente porque creían en el proyecto”. José Manuel Martínez, ex voluntario de SEI, añade que los monitores no comparten “los mismos ideales políticos” ni son “gente de la misma edad”. Lo que sí tienen en común los miembros del equipo es “el mismo objetivo: prevenir la exclusión social y facilitar la adaptación de los inmigrantes en nuestra sociedad”.

En concreto, el reto es facilitar la adaptación, participación e incorporación de los adolescentes inmigrantes a través de la acogida y acompañamiento en su proceso de elaboración del “duelo migratorio”, así como en su desarrollo psico – socio – educativo; de una manera “global y personalizada”, y en colaboración con sus familias, con los centros educativos, con los servicios sociales y con los demás agentes sociales implicados. SEI necesita voluntarios, monitores con un perfil de persona comunicativa, con capacidad de compromiso para que los jóvenes no sientan una sensación de abandono, y “ser paciente, ya que la evolución personal es un proceso gradual y no instantáneo”, asegura Bea. Asimismo, Bea destaca la importancia que tiene la “empatía” y “control de la frustración” para poder ayudar a los jóvenes a llevar a cabo “el desarrollo del duelo migratorio, ya que acaban de llegar a una ciudad de la que no conocen ni la cultura, ni el idioma”. Martínez compara los valores del voluntario con los del profesor, y destaca “la paciencia y el saber ponerse en el lugar del otro” como pilares fundamentales. También recalca que “el mundo de los adolescentes es paralelo al de los adultos y la clave radica en ser capaz de introducirse en él”.

el premonitor En lo que a la relación entre monitor y usuario se refiere es fundamental el equilibrio entre el acercamiento y la distancia. “Nos involucramos personalmente, somos como sus hermanos mayores, pero no podemos olvidar la profesionalidad, los vínculos que mantenemos con los jóvenes deben quedarse en los espacios y los tiempos marcados por el Sei”, explicó Martínez. Entre los voluntarios, destaca la figura del premonitor que hace referencia a la persona de más de 16 años, normalmente inmigrante, que en su gran mayoría recibió anteriormente ayuda en el SEI, y tras su plena integración, se convierte en cooperante principal. Este intermediario “comienza a tomar sus propias decisiones, y ayuda al recién llegado al país en su adaptación”.

En este curso han sido alrededor de 50 monitores los que han participado ayudando a los inmigrantes. Aun así, algunos de ellos entran a mitad del curso y no pueden incorporarse al programa socioeducativo desde su inicio. Y para los recién llegados existen actividades para este próximo mes de agosto con el fin de que los jóvenes inmigrantes se sensibilicen con la realidad que les rodea, conozcan el entorno y las calles de Pamplona, y se hagan partícipes de las actividades que ofrece la ciudad. Además de prestar ayuda académica, se pretende principalmente que los adolescentes inmigrantes superen “ese bloqueo y esa descontextualización a la que son sometidos cuando llegan a una ciudad que no conocen”. Asimismo, “la dificultad de la inmigración en su gran mayoría es social, y nosotros desde la asociación hacemos todo lo posible por qué afronten el problema del idioma y se adapten a las nuevas costumbres progresivamente”.

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