Alemania busca atraer mano de obra de una España devastada por el desempleo
El Universo, 25-07-2011Con una España donde el desempleo hace estragos entre los jóvenes diplomados y una Alemania que busca mano de obra calificada, los ingredientes para una migración económica están reunidos, pero el obstáculo del idioma y el dolor del desarraigo son una barrera difícil de superar.
En febrero pasado la canciller Angela Merkel aprovechó una visita a Madrid para lanzar un llamado a ingenieros, técnicos e informáticos a afincarse en Alemania, un país con una economía floreciente y decenas de miles de puestos vacantes.
Casi dos meses después, la Agencia para el Empleo alemana se hizo eco de este llamado, con un programa predefinido de campañas de información y reclutamiento.
“En España hay una tasa de desempleo enorme entre los jóvenes, es interesante para nosotros”, explicó a la AFP Christian Rauch, uno de los directores de la Agencia para el Empleo.
Este país, en donde casi la mitad de los jóvenes menores de 25 años carece de empleo, tiene “un fuerte potencial”, en especial de ingenieros y especialistas informáticos, confirma Monika Varnhagen, de ZAV, un organismo que depende de la Agencia para el Empleo y está dedicado a la inserción laboral de los extranjeros.
En unos meses, 17.000 españoles se informaron sobre las posibilidades de trabajo en Alemania, afirma. Pero por el momento, los contratos de trabajo firmados son pocos, reconoce por su parte Rauch.
“El problema número uno es el idioma”, dice.
Consecuencia: en España, las clases de alemán están completas. Los participantes en los cursos del instituto Goethe de Madrid y Barcelona son “el doble que durante un verano normal”, explicó el portavoz del instituto, Christoph Mucher, destacando “una tendencia en alza”.
En Berlín, Sandra Montes abrió hace unos años una escuela de español. Pero ante la demanda de sus compatriotas, decidió cambiar de público: ahora el 80% de sus alumnos son españoles y aprenden alemán, y 20% de ellos desean encontrar un empleo en Alemania y quedarse.
Para algunos, la llegada es difícil. “Muchos quieren venir a Berlín, piensan que hay trabajo aquí”, cuenta Montes. Pero es en el sur, en Baviera, en Baden – Wurtemberg, sede de los grandes grupos automotrices, donde la penuria de mano de obra es más fuerte, y no en la capital.
En Alemania, en especial en las ciudades medianas o pequeñas que albergan a las pequeñas empresas con falta de personal, “no hay grandes comunidades españolas que reciban a los recién llegados”, explica Rauch. Al final de cuentas, desalentados por la perspectiva del desarraigo, pocos jóvenes dan el primer paso.
Los que lo hacen no desean volver a su país, aunque el empleo de sus sueños no se concrete. “Sería una lástima regresar a España ahora, no hay nada para los jóvenes allá”, dijo Ana Márquez, instalada en Berlín desde hace cuatro años y que espera encontrar un empleo en el sector turístico.
Las necesidades más acuciantes conciernen a profesiones científicas y de salud. Las federaciones de empresarios estiman en más de 150.000 la cantidad de profesionales científicos y técnicos que se necesitan y el grupo Ernst & Young evaluó en 30.000 millones de euros (43.000 millones de dólares) lo que las empresas alemanas no ganarán en 2011 por la falta de mano de obra.
Alemania, consciente de haber perdido la oportunidad de recibir mano de obra de los países de Europa del este que ingresaron a la Unión Europea en 2004, a quienes recién abrió su mercado laboral este año, no quiere dejar pasar la oportunidad de recibir españoles.
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