La secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Anna Terrón, negó ayer que la decisión de exigir un permiso de trabajo a los nuevos inmigrantes rumanos se deba a su nacionalidad, sino a la situación actual del mercado de trabajo español.

Según Terrón, el objetivo de esta medida es “preservar el marco de derechos de las personas residentes en España, que forman parte de nuestro mercado de trabajo”, en lugar de continuar trayendo a trabajadores temporales contratados directamente en Rumanía a sectores como el agrícola, “en detrimento de otras personas desempleadas en este sector”.

La secretaria de Estado hizo estas declaraciones en una rueda de preguntas posterior a la presentación del II Plan de Ciudadanía e Integración, que desarrollará diversas actuaciones entre 2011 y 2014 para prevenir el racismo y la xenofobia.

Terrón considera que el aumento de contrataciones y de llegadas procedentes de Rumanía es “incompatible” con la situación actual del mercado de trabajo en España, por lo que el Gobierno ha decidido “preservar el marco de derechos de las personas ya residentes”.

“No estamos cuestionando la libre circulación, estamos cuestionando el libre acceso al mercado de trabajo como una medida técnica y temporal que pretende, entre otras cosas, garantizar los derechos de acceso al empleo a las personas con vida y arraigo en nuestro país”.

Sin efecto retroactivo

Asimismo, la secretaria rechazó que esta medida se trate de un castigo a la comunidad rumana, y explicó que la decisión se ha tomado “porque se trata de la única comunidad a la que en España no exigíamos permiso de trabajo”.

La orden ministerial se aprobará hoy en Consejo de Ministros, tendrá una duración indefinida y no será retroactiva, es decir, no tendrá ningún efecto sobre los rumanos que ya forman parte del mercado de trabajo.

Terrón subrayó que la decisión se ha tomado hablando con las autoridades rumanas y otros actores implicados.

Sobre la situación de los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes y Emigrantes en Ceuta y Melilla, Terrón afirmó que están preparados para hacer frente a la presión creciente que reciben durante el verano, cuando el tiempo facilita los flujos migratorios.

“Estamos en una etapa bajísima de llegadas a nuestro país, dentro de la más absoluta tranquilidad, aunque estamos atentos y con todos los mecanismos de prevención en marcha”.

Concluyó que la situación no tiene “nada que ver con la que había a mediados de 2000 o en 2005”.