PAMPLONA. Representantes de Arona, la Asociación de Rumanos en Navarra, declararon ayer que la medida anunciada ayer por el Gobierno estatal para exigir de nuevo permisos de trabajo a la población rumana podrá provocar un “efecto llamada” para otros rumanos que, por la crisis que atraviesa nuestro país, no tenían intención de venir. En Navarra el colectivo de personas rumanas suma 7.175 personas. Consideran que, si se aplica esta exigencia, muchos “se arriesgarán” antes de que se le pongan más barreras. A esto añaden que muchos inmigrantes rumanos que preveían regresar a su país, puesto que se encuentran en paro o en situación laboral precaria, ahora se plantearán quedarse por miedo a no poder volver en un futuro con un permiso de trabajo. De esta manera, permanecerán en el país aumentando las listas del paro.

En caso de que vuelva a activarse esta restricción, sólo afectará a inmigrantes rumanos. Desde Arona consideran esto “una discriminación, porque una norma tiene que tener un carácter más general. Cabe recordar que Rumania y Bulgaria entraron en la Unión Europea a la vez y, puesto que todos los países aplican la misma normativa para ambos países, ahora no se puede diferenciar”. Deduce así que, “si los políticos se lo piensan dos veces, no la deberían aplicar de nuevo”, reitera. Además, en Arona creen que la medida se limita a la población rumana por “la delincuencia, aunque muchos de los que están robando y traficando son los gitanos rumanos, algo que sabemos todos los de allí, pero no los españoles”. Recuerdan que a nivel nacional, Rumanía es la primera colonia extranjera. Los ciudadanos rumanos, entre otros, necesitan residir en el Estado al menos 10 años para conseguir la nacionalidad. Mientras que miembros de países de Sudamérica, que tengan tratados con el Gobierno, necesitan 3 años para obtener la ciudadanía. Así que esos inmigrantes desaparecen de las listas de extranjeros, mientras que rumanos que llevan más tiempo en España siguen apareciendo en esas listas, exponen.

La inmigración procedente desde Rumania comenzó poco antes del año 2000, en el que empezaron a llegar principalmente gitanos rumanos. Desde entonces, se produjo un goteo continuo. En enero de 2007, Rumania y Bulgaria ingresaron en la Unión Europea. Desde entonces, podían circular libremente por los países miembros, aunque en los tratados de adhesión se incluyó una moratoria de siete años para restringir la entrada de los ciudadanos de este país. Esta moratoria fue levantada por el Estado en el 2009, por lo que a partir de entonces podían llegar al país sin permiso de trabajo. Ayer, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, anunció que el Gobierno se está planteando volver a implantar esta medida, debido a la fuerte crisis que atraviesa el país.