El PP pregunta al Gobierno central sobre la actual presión migratoria
Diario Sur, , 15-07-2011El flujo de entrada de inmigrantes irregulares no cesa. Ayer llegaron a Melilla nueve subsaharianos a nado con flotadores y chalecos salvavidas. Se lanzaron al mar en la zona próxima a Aguadú en torno a las 05.00 horas y alcanzaron la costa melillense sobre las 06.15 horas.
El estado de salud de las nueve personas era bueno y sólo una de ellas requirió asistencia por un corte en la cabeza de carácter leve, según las fuentes consultadas. La entrada de estos inmigrantes supone una nueva vía de entrada en Melilla, ya que hasta el momento se valían de balsas a remo o embarcaciones a motor para acceder a la ciudad autónoma por vía marítima.
Horas después de que se confirmase esta nueva entrada, desde el Partido Popular se informó de que ha preguntado al Gobierno central sobre la presión migratoria en Ceuta y Melilla. En la pregunta, elevada por el parlamentario ceutí Francisco Márquez, el PP ha precisado si el Gobierno de Zaptero comparte las manifestaciones de la secretaria de Estado de Inmigración, Anna Terrón, quien la pasada semana dijo que la entrada actual de subsaharianos es «asumible».
Capacidad «comprometida»
Según ha informado el PP, en la exposición de motivos de la pregunta se deja claro que la presión migratoria que sufren ambas autonomías ha provocado un «incremento importante» en las entradas clandestinas. El Partido Popular señala que la capacidad del CETI en ambas ciudades se encuentra «seriamente comprometida» y pide medidas al Gobierno de la Nación para que se produzcan traslados de inmigrantes hacia la península.
En cuanto a Populares en Libertad, la formación que preside Ignacio Velázquez también se ha pronunciado sobre lo que considera un incremento «fuera de lo normal»de la inmigración y, tras recalcar que no se entiende por qué Marruecos no cumple «actualmente» los compromisos asumidos en su día, solicita al Gobierno central que comunique a Mohamed VI la «necesidad» de que disponga de todos los medios que estén a su alcance, tanto terrestres como marítimos, para frenar la llegada de pateras, «evitando que las relaciones entre los dos países se enturbien y abandonen la senda de la buena vecindad».
Asimismo, pide que las autoridades nacionales y locales pongan todo su empeño «para evitar males mayores» y para que la entrada masiva de pateras «no termine convirtiéndose en un problema de seguridad ciudadana».
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