Los valencianos tienen una percepción más positiva hacia los inmigrantes que los ciudadanos de Lyon (Francia), Reggio Emilia (Italia), Coimbra (Portugal), Patras (Grecia), Limassol (Chipre) y Dinghi (Malta), según una encuesta que hoy viernes ha hecho pública el Instituto Ipsos.

De las siete ciudades donde se ha realizado el sondeo, Valencia tiene la percepción más positiva hacia los inmigrantes (25%), por encima de Lyon (19%), Coimbra (18%), Reggio Emilia (12%), Limassol (7%), Dinghi (2%) y Patras (0%).

La percepciones negativas más bajas se dan en Lyon (27%) y Valencia (34%). A continuación están Dinghi (43%), Coimbra (45%), Reggio Emilia (48%), Limassol (69%) y Patras (89%).

La media entre las siete ciudades arroja como resultado que el 51% de la población tiene una impresión negativa sobre los inmigrantes, un 37% la tiene neutral y sólo un 12%, positiva.

El sondeo, encargado y sufragado por el Consejo de Europa y la Unión Europea, se ha presentado en Chipre en el programa “Influir en la percepción y las actitudes para hacer de la diversidad una ventaja”.

El 62% de los valencianos cree que el área donde viven es un lugar donde la gente de diferente etnia y religión está bien, lo que supone una proporción “relativamente elevada de residentes”, según el sondeo. La media con las otras ciudades se sitúa en el 59%.

El 70% de los valencianos piensa que la cantidad de inmigrantes en su ciudad ha aumentado, mientras el 20% dice que sigue igual y el 3% que ha decrecido. La práctica totalidad de la población de Patras, Reggio Emilia y Limassol dicen que hay más inmigrantes.

La encuesta pone de manifiesto que los inmigrantes ilegales y los gitanos son los dos grupos peor vistos por la sociedad.

En Valencia, el sentimiento más desfavorable se dirige hacia los gitanos (42%), los musulmanes (45%), los inmigrantes ilegales (55%), los judíos (63%), los negros (69%), los demandantes de asilo (71%) y los inmigrantes económicos (82%).

En Reggio Emilia, los gitanos son peor vistos que los inmigrantes ilegales (-75% y -55%, respectivamente), al igual que en Lyon (37% y 30%). No ocurre lo mismo en Coimbra, donde los inmigrantes ilegales despiertan la sensación más desfavorable (-25%).

Lyon y Valencia aportan las cifras de mayor tolerancia hacia otros grupos étnicos, ya que sus cifras son positivas, a diferencia de las otras cinco ciudades evaluadas, que arrojan resultados negativos.

De la cifra global de encuestados, el 58% evita a los gitanos, mientras el 52% lo hace con los inmigrantes ilegales y el 50% con los musulmanes. El mayor sentimiento de amistad se da hacia los blancos y el menor hacia los gitanos.

Casi la mitad de los encuestados piensa que la inmigración no es buena para el país (el 33% dice que sí lo es), mientras que más de la mitad creen que los inmigrantes no hacen que un país sea más interesante para vivir (el 26% dice que sí).

Para el 83% de los encuestados un inmigrante es “una persona no nacida en el país de acogida que ha venido a ganarse la vida”. Ese porcentaje aumenta al 94% en Valencia y desciende al 45% en Dinghi.

La encuesta fue realizada entre el 16 y el 30 de mayo en dos olas de 200 y 275 entrevistas en cada país. Las realizadas en Valencia incluyen la capital, así como L’Horta Nord y el consorcio Pactem Nord.