Los responsables de Cáritas Gipuzkoa mostraron ayer su satisfacción por la finalización de las redadas policiales a las puertas de uno de suscentros en San Sebastián. La entidad manifestó el mes pasado su enfado ante los controles «selectivos y arbitrarios» realizados a las puertas de Laguntza Etxea.
El 23 de junio, el secretario general de la entidad diocesana, José Emilio Lafuente, explicó que desde principios de este año agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Municipal han practicado «redadas» en la misma entrada de este centro, que abrió sus puertas en Ategorrieta en 2005, precisamente cuando la creciente llegada de inmigrantes obligó a Cáritas a ampliar un servicio que ya ofrecía. En sus instalaciones, donde funciona el único comedor social de la capital guipuzcoana para inmigrantes, colaboran 55 voluntarios.
Una de las actuaciones «más graves», según indicaron, tuvo lugar el pasado día 8, y se saldó con la detención de una decena de inmigrantes en situación irregular a los que se les ha abierto un expediente de expulsión.
José Ramón Trebiño, delegado episcopal en Cáritas, señaló ayer que tras los sucesos del citado día 8, las redadas policiales no se han vuelto a repetir. «Las personas que acuden a nuestros centros son personas que sufren y lo único que se logra con las redadas es entorpecer una labor social. No tenemos constancia de que haya habido nuevas actuaciones y este hecho es positivo». Trebiño indicó que Cáritas ha denunciado redadas similares en otras comunidades autónomas.