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Mujeres del mundo
Una africana, una saharaui y una bilbaina debaten sobre el papel femenino en la sociedad vizcaina
Deia, , 26-06-2011Bilbao
AQUÍ he encontrado mi sitio". Nasra Ahmed, de Diáspora Saharaui de Bizkaia, no lo duda. Bilbao es su lugar en el mundo; un lugar a miles de kilómetros de la tierra que la vio nacer. Nasra es saharaui, tiene una vida nueva en la villa y una mirada sincera. Hoy, estará presente en la fiesta de clausura del Festival Gentes del Mundo, que a lo largo de la semana ha alzado la voz en favor de la interculturalidad en la ciudad, haciendo especial hincapié en el papel de la mujer en la sociedad. Junto a ella estará también Paciencia Okon, de Cáritas, africana de origen y universal de corazón. Tienen mucho en común Paciencia y Narsa, a pesar de haber nacido en lugares diferentes. Ambas, mujeres . Ambas, asociadas. Ambas, migrantes, que no inmigrantes . Son mujeres sin fronteras. Sus vidas se cruzaron en Bilbao gracias a Gentes del Mundo, pero sus historias son extremadamente diferentes. “Yo no sabía ni lo que era una ciudad cuando llegué a Bilbao. Siempre he vivido en los campamentos de refugiados y al venir aquí, vi por primera vez una casa, una ciudad… Tuve que aprender a vivir pendiente de los coches, a dar botones para que se encendiera la luz, a tener puertas…”, relata Nasra. Sus ojos marrones muestran una historia cruda, pero con mucha esperanza. “Mi mundo es muy diferente”, dice…
Paciencia escucha atenta. Pero se rebela contra los estereotipos marcados a cincel en la sociedad actual. “La vida de las mujeres no es tan diferente aquí y allá… Es como si allí las mujeres fuésemos unas incultas, no tuviésemos libertad, no tuviésemos educación… Depende. No podemos meter a todas las mujeres en el mismo saco”, reivindica. Y expone un ejemplo: “Ruanda tiene en el Parlamento el mayor número de representación femenina. En mi país y en otros, las nuevas generaciones luchan por cambiar la situación. Las cosas están cambiando, aunque las oportunidades no son las mismas que en un país rico”.
Narsa y Paciencia forman parte del casi 50% de la población inmigrante femenina de la capital vizcaina. “Bilbao es una ciudad muy cerrada. Yo creo que por una mezcla de desconfianza y timidez”, explica Andrea Ruiz, de Ellacuria. Andrea es bilbaina, pero trabaja con inmigrantes de origen latinoamericano. “Siempre pensamos que los inmigrantes tienen que aprender de los autóctonos, pero nosotros debemos aprender mucho de ellos también”, asegura, e indica que ella ha captado el ritmo más pausado de las mujeres inmigrantes a la hora de hacer las cosas.
Bilbao escucha. Observa el meztizaje de sus calles desde ambos márgenes de la ría, pero aún le falta, según estas tres mujeres del mundo, dar algunos pasos. “Si salgo a la calle vestida de occidental no hay ninguna pega. Cuando salgo con el vestido tradicional de mi país, la gente que me conoce, la misma que me saluda sin problemas, me mira extrañada”, cuenta Narsa. “Es como si nunca hubiesen visto a una mujer vasca con el pelo tapado, ¡nuestras amamas lo hacían!”, clama Andrea. “Bilbao debe reconstruir el espacio público entre todos sus ciudadanos, migrantes y no migrantes”, augura en clave de futuro.
Pero poco dura el vistazo a la bola de cristal. Las mujeres repasan nuevamente el pasado, para así analizar su presente. “Las mujeres migrantes han contribuido en esta sociedad a nivel económico, pero también aportan otros valores que no se valoran tanto…”, dice Paciencia. “Ellas han contribuido a que la mujer vasca pueda incorporarse al mercado laboral”, indica Andrea. “La mujer aporta fuerza, una fuerza sin límite”, resalta Narsa.
luchadoras De las bilbainas resaltan su lucha. “Son muy luchadoras”, describen; una característica que han tenido que hacer suya para enfrentarse al mercado laboral. “Hay muchas mujeres migrantes muy bien formadas, con estudios, experiencia, bagaje… pero cuando llegas aquí, eso no cuenta, tienes que reinventarte, renacer… Es muy duro. Eso es lo que hay que cambiar”, afirma la africana. Para ello, decenas de mujeres bilbainas nacidas en otros países – ya se sabe que el de Bilbao nace donde quiere – disfrutarán hoy de la fiesta de clausura del festival, que comienza a las 11.00 en El Arenal. “Gentes del Mundo sirve para poner en evidencia esos estereotipos y luchar por una convivencia donde todos cabemos y todos damos los que podemos”, subrayan. Paciencia tiene un sueño: “Me tradujeron una canción en euskera de Kepa Junkera que hablaba sobre la acogida. Contaba que los caseríos siempre tenían la puerta abierta en señal de bienvenida, con la llave siempre puesta. Me gustaría volver a esos valores, para construir una ciudadanía de derechos , pero también sin barreras, sin fronteras”, Cierra los ojos. Cruza los dedos.
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