Criticar al islam no significa insultar a los musulmanes ni presupone una incitación al odio o la violencia racial, según la sentencia hecha pública ayer por un tribunal de Amsterdam que ha absuelto al diputado holandés Geert Wilders, líder del populista e islamófobo Partido de la Libertad. Según los jueces, ni las declaraciones de Wilders ni su polémico documental «Fitna» pueden ser considerados como expresiones delictivas. Aunque comparó el Corán con el Mein Kampf y llamó terrorista a Mahoma.

La sentencia ha sido recibida por el dirigente populista como «una victoria de la libertad de expresión» que le «autoriza a criticar al Islam», en un país donde el debate sobre el multiculturalismo y la inmigración musulmana está adquiriendo una tonalidad cada vez más ácida. El profesor de la facultad de Derecho de la Universidad de Tilburg, Theo de Roos, considera que después de esta sentencia «habrá que llegar muy lejos en las declaraciones para que eso sea considerado delito». Hasta ahora, la actitud desafiante y transgresora de Wilders le ha proporcionado considerables rendimientos electorales. Es el tercer partido en número de diputados y la actual coalición de gobierno de centro-derecha depende de su apoyo parlamentario.

El juicio ha venido siendo aplazado desde octubre. Los grupos antirracismo que promovieron la denuncia tienen intención de apelar la sentencia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo