ARACELI CAÑADAS ORTEGA / FILÓLOGA
«Hay muchos gitanos invisibles»
El Mundo, , 22-06-2011Nieta de cantaor y de bailaora, su apellido es sinónimo de flamenco y de arte. Ella, sin embargo, dice que es un pato y que su arte se plasma en las palabras. Con ellas hablará de su cultura, la gitana, en la Universidad de Alcalá de Henares donde, a partir del próximo curso, impartirá junto al sociólogo Nicolás Jiménez la asignatura Gitanos de España, historia y cultura.
Pregunta.- Pelirroja y con ese pelo a lo garçonne parece usted parisina más que gitana.
Respuesta.- Mientras se desarrolla el proyecto del gitanómetro, a ver cómo se mide la gitanidad. Si te soy sincera, no tengo un melenón porque tengo el pelo liso y lacio si no, ¡vaya si lo tendría!
P.- Pues a mí me parece una rompetópicos de carne y hueso.
R.- Si sirve de algo lo que yo hago para que la gente se plantee diversas perspectivas de la realidad, ya me doy por satisfecha. La realidad no tiene nada que ver con las ideas preconcebidas. A mí me pasa diariamente con mucha gente, o sea que es normal que a la gente le pase conmigo.
P.- Ya puestos a romper topicazos, seguro que usted ni canta ni baila.
R.- Nada, nada, yo soy un pato mareado. Mi familia son todos artistas, músicos, bailaores, cantaores… se han dedicado toda la vida a la música y al baile. Manolo Caracol es familia mía. Mi abuela, Trinidad Heredia y mi abuelo Rafael Ortega eran cantaor y bailaora en la compañía de Carmen Amaya.
P.- Una familia con mucho duende ¿no?
R.- Sí, por eso cuando la gente te empieza con ese tipo de cosas me dan ganas de decirles, cuando tu abuelo y tu abuela estaban destripando terrones en el pueblo, mi abuela y mi abuela estaban bailando para el Rey, estaban en Londres, en París… Mi abuelo fue el primer gitano que fue a Japón a llevar el flamenco y fíjate la que se ha liado. Se codeaba con la aristocracia española.
P.- ¿Su abuela no le echaba la bronca por patosa?
R.- No, porque me quería mucho y sabía que yo tenía otro talento. Si algo me gustaría es estar a la altura de mi familia. Creo que se sentirían orgullosos de ver que utilizo mi gitanidad en lo que yo mejor sé hacer, que es tratar con palabras. Soy filóloga porque me encantan las palabras.
P.- ¿En su familia son también así?
R.- ¿Así, cómo?
P.- Pelirrojas y modernas.
R.- Tendrías que ver a mi madre, es espectacular. Es lo que te decía de los tópicos, hay un montón de gitanos invisibles porque no tienen ganas de estar partiéndose la cara todos los días con todo el mundo, porque como es un tema tan delicado… a lo mejor eres cirujano torácico y qué necesidad tienes de que te vengan a decir que si las Barranquillas, que si no se qué…
P.- Se sigue uniendo lo gitano a lo negativo…
R.- Por supuesto. El mero hecho de que a ti te sorprenda cómo soy yo después de 500 años aquí, da la talla de que hay un desconocimiento muy grande. Es absolutamente necio pensar que desde hace 500 años la gente gitana se ha dedicado a tocar la guitarra, a cantar, a bailar o a leer la mano, es que es estúpido. Cuesta trabajo romper los tópicos porque sólo se recalca lo negativo.
P.- Bueno, pero también salen muchas cosas positivas. El flamenco es lo más exportable de España, por ejemplo.
R.- Claro, esa es la idea que queremos transmitir en nuestra asignatura. Yo cuando daba clases de español a los extranjeros me preguntaban por la gitana, por el toro… es que es así. Uno de los temas más interesantes de la asignatura es cómo se produjo la asimilación de lo flamenco a lo castizo.
P.- ¿Cómo fue?
R.- Se produjo en el siglo XIX con George Borrow, un romántico inglés que vino a España, se quedó soprendido con el mundo de los gitanos y escribió Los zíncali, un libro de referencia. A partir de ahí se creó la moda de lo gitano y hoy en día continúa, y continúa en las clases más altas, mira la duquesa de Alba.
P.- ¿Qué más se aprende con su asignatura?
R.- Se llama Gitanos de España, historia y cultura. Hablaremos de la trayectora histórica por una parte, y luego de todos los aspectos relacionados con la influencia de la cultura gitana en la cultura española porque, nos guste o no, forma parte de la cultura española. En el idioma, por ejemplo, queremos que la Academia de la Lengua reconozca el aporte de palabras como mola, como chachi o paripé, que son gitanismos y eso no está reconocido.
P.- ¿Será una maría o es dura de pelar?
R.- (Risas) Lo que Nicolás y yo queremos es que la gente desarrolle su pensamiento crítico, que sea capaz de manejar una información y saque conclusiones propias.
Origen. Madrid, 1969. Currículo. «Soy licenciada en Filología Hispánica. He dado clases de español para extranjeros en la Universidad de Alcalá de Henares y, tras entrar en contacto con el mundo gitano, estuve trabajando para la Unión Romaní, dando clase de alfabetización a niños y a mujeres. Ahora estoy con la ilusión de hacer lo que toda mi vida he querido hacer, que es darle un enfoque riguroso de investigación a la cultura gitana». Aficiones. «El arte contemporáneo y salir con los amigos». Virtudes. «Es difícil desanimarme». Defectos. «Soy muy impaciente». Debilidades. «Un campo de trigo verde mecido por el viento».
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