La Guardia Civil ha reforzado la seguridad en Aguadú después de que ayer entrara la cuarta embarcación con inmigrantes a bordo que se localiza en apenas unos días. En esta ocasión fueron nueve las personas que, a bordo de un bote neumático, lograron llegar a Melilla aprovechando el buen tiempo. El delegado del Gobierno aseguró que, aunque se hace lo posible por evitar el paso de irregulares, no queda más remedio que convivir con el fenómeno de la inmigración y asumir que este verano seguirán entrando.

Antonio María Claret confirmó ayer que la previsión es seguir recibiendo a indocumentados durante el verano. Aunque desconoce si existen bolsas de inmigrantes en los alrededores de Melilla, el delegado cree que mientras haya personas convencidas de que en Europa tendrán un futuro mejor, la ciudad será destino de irregulares.

Tras apuntar que el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes acoge en estos momentos a unos 550 extranjeros, Claret descartó la posibilidad de que el lugar escogido últimamente para entrar en Melilla responda a algo más que a la coincidencia. Respecto a los incidentes registrados en el CETI, el delegado entiende que se deben a la tensión que se genera en lugares donde convive tanta gente. Claret aseguró que más que de altercados hay que hablar de pequeños problemas de convivencia.

Por último, el delegado reconoció que tiene previsto ponerse en contacto con la Ciudad Autónoma para resolver de una vez por todas el problema de las chabolas cercanas al CETI. Claret recordó que los inmigrantes que pasan la noche en ese poblado lo hacen porque quieren, ya que tienen su plaza en el centro.