El periodo de matriculación en los centros escolares para el próximo curso ha concluido y los centros concertados han notado, por vez primera, una disminución de la demanda de plazas entre la población inmigrante.

«En barrios como Malilla, Ruzafa o Torrefiel, donde se concentran muchos extranjeros, hemos notado que debido a las repatriaciones a sus países de origen en muchos centros ha descendido la presión de la matrícula», señaló José Manuel Boquet, presidente de la patronal CECE – Val, que agrupa a los centros concertados no laicos en la Comunitat Valenciana.

De hecho, «en las primeras comisiones de escolarización de los colegios de estas barriadas se detectaron bastantes vacantes». No ha sucedido lo mismo en otras zonas de la ciudad, donde como cada curso la demanda familiar para encontrar una plaza allí ha superado con creces la oferta.

En una autonomía como la valenciana, con una población muy diversa, en el curso 2010 – 11 el alumnado extranjero representa el 11,46 por ciento del total de la población estudiantil.

Según un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) sobre alumnado extranjero en las comunidades autónomas, la mayoría de los estudiantes no españoles en la Comunitat son originarios de Rumanía. Destaca el estudio que la distribución de estudiantes foráneos en España es muy desigual, pero las concentraciones más superiores se dan en la capital, el litoral mediterráneo, el nordeste peninsular y las Islas Baleares.

En el nivel de enseñanza donde se produce una mayor concentración es en Primaria, seguido de Educación Secundaria, Infantil, Bachillerato y ciclos formativos.

De acuerdo al análisis del IVIE, el origen social de la persona que emigra condiciona mucho las posibilidades de integración que logrará en la sociedad receptora. Por eso conocer la lengua del país de destino facilita mucho las cosas. En 2010, los estudiantes latinos representaban el 42,5 del alumnado extranjero y el hecho de que posean el castellano como lengua materna es un factor que facilita su participación en los niveles de enseñanza más elevados. Por el contrario, los jóvenes africanos y asiáticos tienen una menor presencia en el sistema educativo. Según el estudio PISA 2009, indicador del rendimiento educativo, las capacidades de los alumnos de 15 años en lectura eran superiores a las obtenidas por los extranjeros – 488 puntos frente a 432 -

En cuanto a las universidades, en 2010 sólo el 3,2% de los estudiantes procedía de otro país.