Juzgado por agredir sexualmente y robar a una pareja en San Fermín estando en libertad provisional

usó un cuchillo, la fiscal le pide 33 años de carcel y las víctimas le identificaron

Vitoriano y de 50 años, el acusado salió en enero de la cárcel tras ser condenado en 2002 a 24 años por hechos similares

Diario de Noticias, enrique conde, 10-06-2011

pamplona. El simple relato de hechos resulta repugnante y provoca escalofríos. Pone los pelos de punta pensar el mal rato y el miedo que tuvieron que pasar la pareja de novios que declaró ayer en la sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra como víctimas de sendas agresiones sexuales tras sufrir un robo durante los Sanfermines del pasado año. Los hechos sucedieron en los fosos de la Ciudadela, después de los fuegos artificiales y en un lugar bastante solitario, adentro del vallado que protege de la pirotecnia.

El acusado, un vecino de Vitoria de 50 años, S.A.A., utilizó un cuchillo de cocina para amenazar a la pareja y que cumpliera sus macabros deseos. Este hombre, en caso de que el fallo le sea contrario a sus intereses, sería reincidente puesto que ya fue condenado en firme en septiembre de 2002 a 15 años de prisión por una agresión sexual, a cuatro años por robo con violencia o intimidación y a cinco años por detención ilegal. De hecho, en enero había abandonado la prisión. El procesado dijo que el día de los hechos se encontraba en Vitoria, pero su versión no resultó especialmente creíble para la fiscal, que solicitó 33 años de prisión para el procesado por cuatro delitos, uno de robo con violencia e intimidación (cinco años), dos violaciones (12 años por cada una) a la chica y una agresión sexual (cuatro años).

La soledad de una zona adentrada de la Vuelta del Castillo resultó una trampa para la joven pareja, ambos de 20 años. Hasta allí se les acercó un hombre que les pidió fuego y, ante su negativa, les sacó un cuchillo de 20 centímetros y les dijo que le dieran todo el dinero. Él entregó diez euros y ella, cinco, pero seguidamente no les dejó en paz. Les llevó más al fondo de los fosos y a él le ató de pies y manos con el cinturón y el pañuelo sanferminero y le tapó la cara con la blusa. Luego le dijo a la chica que se desnudara y obligó a que practicara relaciones tanto con el acusado como con su novio, portando siempre el cuchillo como arma amenazante.

“mi hija miente” El acusado se presentó ayer en el juicio de punta en blanco, con un traje beige con raya diplomática muy distinto a como las víctimas dijeron que vestía en Sanfermines, con camiseta y pantalón oscuro. Los dos le reconocieron ayer en el juicio, al igual que en una exhibición fotográfica ante la policía y en una rueda de reconocimiento. No tuvieron ni duda. Recordaron que el agresor era moreno, de 40 – 50 años, de etnia gitana y delgado…, características del procesado. Éste dijo que era “todo mentira. No he violado a nadie, pido pruebas de sangre, pelo y semen”. Sobre esa noche, dijo que “estaba en Vitoria, fui a recoger a mi mujer del trabajo, marchamos a cenar a casa y a dormir porque al día siguiente venían dos matrimonios de Bilbao a comer”. Su esposa lo ratificó, pero al ser la primera vez que testificaba el tribunal le preguntó que por qué había tardado casi un año en dar esa versión.

El procesado, en un relato surrealista, dijo que tras sus años en prisión se hizo amigo de Ruiz Polanco, antiguo juez de Vigilancia Penitenciaria en Pamplona y actual magistrado de la Audiencia Nacional, y que éste había ordenado su traslado de Pamplona a la cárcel de Vitoria. Afirmó que no había venido a los Sanfermines pasados. Preguntado por qué, de ser así, su hija declaró en el juzgado que su padre la había visitado en Larraga tras haber venido a Pamplona a mitad de Sanfermines, el acusado afirmó: “Mi hija miente”.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)