En la entrada de la Feria de Muestras de Madrid (Ifema), varias personas reparten bolsas de nachos y botellas de Andin’s Cola, un popular refresco peruano. Un pequeño recuerdo de su tierra para los casi 68.000 inmigrantes peruanos que estaban llamados ayer a las urnas en Madrid —cerca de 124.000 en toda España—. Ifema preparó 348 mesas de votación en uno de sus pabellones, que se convirtió en un tenso hervidero de peruanos divididos entre partidarios de Ollanta Humala, de Keiko Fujimori y desencantados que fueron a votar al «menos malo».

Un votante recién llegado abre su bolsa de nachos y da un trago a su Andin’s Cola. Asegura que quien se los ha regalado le ha dicho: «Vota por Keiko». Lo denuncian a ABC los coordinadores de los apoderados de Perú Gana —el partido de Ollanta—. Según ellos, ha habido juego sucio por parte de los apoderados de Keiko: «Hasta les han pagado cien euros a cada uno». Una acusación grave, ya que se trata de una labor voluntaria. Un joven coordinador de Fuerza 2011 —el partido de Keiko— se ríe: «¡Yo lo único que gano por estar aquí es un bocadillo!». Sobre las personas que reparten comida y refrescos, alega que son empresarios privados que han venido a publicitar sus productos. «Si por su cuenta piden apoyo a Keiko o no, eso ya no lo sabemos».

Gary, de 24 años, ha votado por Keiko. «Desgraciadamente», añade: «Los dos son malos». Su novia, que ha acudido a votar junto a él, tiene algo más de fe en la hija de Fujimori: «Al menos no nos cerrará las fronteras», asegura. Ese parece el sentir de muchos de los peruanos que votan en España: tienen miedo de que Ollanta, imitando las políticas de Chavez en Venezuela y Morales en Perú, les complique aún más la vuelta a su país. Eso explicaría el escaso éxito del candidato entre los peruanos que viven fuera.

Miguel Ángel, un votante de Keiko de 42 años, recoge el sentir general: «Todos los que estamos aquí queremos volver a nuestro país». Lo mismo asegura Leticia, una votante de Ollanta: «Nunca vas a estar mejor que en tu tierra. Y creo que mucha gente que está aquí no vuelve porque allí no encuentra democracia». Leticia confía en que Ollanta se moderaría como presidente. Un simpatizante de Keiko, que prefiere no dar su nombre, contrapone que no conviene ignorar el pasado: «No podemos olvidar que muchos nos fuimos de Perú por terrorismo, y Ollanta ha coqueteado con terroristas».

Arturo, de 49 años, ha votado »viciado» —el equivalente al nulo—. «Venir a votar es hacer el ridículo», dice tajante. Según él, lleva más de 30 años votando inútilmente, pues ningún político se ha esforzado por sacar a su país del «subdesarrollo».