La Guardia Civil ha desmantelado una red que se dedicaba a introducir de manera ilegal a inmigrantes iraníes en España. Se calcula que la red ha podido introducir de manera irregular a unas 1.500 personas, en su mayoría refugiados políticos, de los que se aprovechaban los mafiosos, quienes les reclamaban grandes cantidades de dinero por gestionar su viaje a España. Al parecer, les cobraban 30.000 euros para salir de Irán, cruzar Europa y llegar a España, donde se les instruía y se les formaba para que adoptaran un adecuado modo de vestir “europeo” y documentación falsa, para no levantar sospechas. La red tenía “sucursales” en Austria, Bélgica, Rumanía, Grecia, Turquía, Bulgaria, Irlanda y España, donde han sido detenidas nueva personas, que operaban principalmente en Cataluña y Levante. La organización contaba con una vivienda en la localidad alicantina de Altea, que utilizaban como piso “patera”, donde alojaban en total a once inmigrantes de nacionalidad iraní, entre ellos dos menores de edad.