El IV Encuentro de Familias Inmigrantes finalizó ayer con una misa en la Basílica de la Virgen y la posterior paella y fiesta en el cauce del Turia. La celebración religiosa comenzó con las palabras del sacerdote José Máximo Lledó, delegado de Cáritas, quien aludió a la unidad de los cristianos al destacar que en la Basílica todos los asistentes se habían dado cita «bajo el manto de la Virgen y bajo una sola bandera: la de Cristo».

Presidió la Ecucaristía el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro. Concelebraron prelados llegados de Ambato (Ecuador), Catamarca (Argentina), Huacho (Perú), Maasín (Filipinas) y Tánger (Marruecos). La Basílica se llenó de fieles de variadas procedencias, que quedaron representadas con las banderas de numerosos países.

También monseñor Osoro se refirió a la unidad de los cristianos. En su homilía recordó a los asistentes que, pese a que muchos hayan dejado «a seres queridos en vuestros países, vuestra familia también está aquí, en esta tierra valenciana». A ello añadió que todos «somos de una misma familia, porque todos somos hijos de Dios».

La celebración se caracterizó por un marcado carácter festivo y multicultural. Las lecturas y preces se proclamaron en varias lenguas, incluida la valenciana. Los cánticos corrieron a cargo de un coro integrado por voces de distintos países.

Entre los asistentes se encontraba Kika y unas amigas que portaban la bandera de su tierra y explicaron que cada año acuden a la cita para homenajear «a la Virgen en el país que nos acoge». Virginia, Patricia y Carmen asistieron para sumarse a la que consideran una «fiesta de convivencia» y se mostraban satisfechas porque «en parte ya nos sentimos valencianas».

A la misa, que finalizó con el Himno de la Coronación, asistieron la directora de Cáritas Diocesana, Concepción Guillén, la secretaria autonómica de Solidaridad, Gotzone Mora y el secretario autonómico de Inmigración, Josep Maria Felip.