Obama persigue el voto latino

El presidente reabre el debate de la inmigración para ganar apoyo en la reelección

Deia, 22-05-2011

Nuria Ferragutcasas

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, atraviesa un momento dulce entre el electorado con una popularidad más allá del 50%. La muerte del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, ha mejorado su imagen en política exterior, pero no le dará la reelección. La economía del país, clave en las elecciones presidenciales, sigue herida y sus conciudadanos continúan preocupados por la falta de trabajo. Consciente de su debilidad, el mandatario destapó el pasado día 10 la caja de Pandora de la inmigración con la esperanza de conseguir no solo la reforma de un sistema migratorio que considera “roto”, sino también el apoyo de los latinos.

En un discurso en la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, Obama se atrevió a reabrir el debate de una de las cuestiones más controvertidas de la política estadounidense y pidió al Congreso una ley que permita dar la ciudadanía a los más de 11 millones de indocumentados que hay en el país. “Somos una nación de inmigrantes que da la bienvenida a todo aquel que adopte los ideales americanos”, dijo. Obama intentó así acallar las críticas de organizaciones latinas que aseguran que el presidente no ha cumplido su promesa electoral de reformar la ley migratoria. Eso sí, lo hizo con matices y sin dar fechas concretas. Los indocumentados “tendrán que pagar una multa, aprender inglés y someterse a una investigación sobre los antecedentes”, propuso. Con su discurso, el presidente demócrata espera persuadir a los votantes latinos que serán imprescindibles en las próximas elecciones en estados claves como Nuevo México, Nevada, Colorado o Florida. En 2008, el presidente demócrata ya consiguió dos terceras partes del voto de esta minoría y no puede permitirse perder su apoyo si quiere ganar la reelección.

UNA MINORÍA EN AUGE En Estados Unidos viven 50,5 millones de latinos, un 16,3% de la población. La minoría hispana sigue en auge y ya supera a la afroamericana (12,2%), después de ser la que más ha crecido en los últimos diez años, un 43%. Sin embargo, según un informe del Pew Hispanic Center, solo un 10% son votantes elegibles y poco más de un 3% votó en las pasadas elecciones. Su índice de participación aumenta lentamente, pero su potencial es muy grande si se tiene en cuenta que los latinos representan un 23% de la población menor de 18 años. Actualmente el voto latino ya es importante en estados competitivos que son necesarios para ganar la Casa Blanca y se espera que en un futuro aún lo sean más.

Así, mientras el presidente Obama intenta dar un empujón a la reforma migratoria para ganarse el favor de los hispanos, algunos estados están tomando sus propias acciones en esta materia, pero en sentido contrario. El estado de Georgia ha aprobado recientemente una ley similar a la polémica de Arizona, que permite a la Policía local indagar el estatus migratorio de las personas y penaliza a quienes asistan a indocumentados. Estas medidas, que entrarán en vigor el próximo 1 de julio, son discriminatorias para las organizaciones de derechos, pero para el gobernador de Georgia, Nathan Deal, son necesarias para combatir la inmigración indocumentada. Además de Georgia, Utah, Florida, Alabama y Nuevo México han aprobado o están estudiando medidas similares a las de Arizona.

MÁS SEGURIDAD EN LA FRONTERA La inmigración divide al país y conseguir la reforma será una empresa muy difícil. Obama tendrá que hacer frente a un Congreso reticente a crear un proceso para la regularización de los indocumentados. Los republicanos, que tienen la mayoría en la Cámara Baja, han asegurado en más de una ocasión que esta opción solo supondría un incremento de los inmigrantes ilegales, ya que crearía un efecto llamada. Para intentar ganarse a los votantes y legisladores independientes, el presidente Obama inició su discurso en El Paso con las medidas que ha llevado a cabo su gobierno para mejorar la seguridad en la frontera y reducir la inmigración ilegal.

Durante los últimos dos años, han aumentado de 17.000 a 20.200 los agentes que vigilan los pasos fronterizos entre México y Estados Unidos; la Patrulla Fronteriza detuvo a 547.000 inmigrantes que intentaban cruzar la frontera; además, han aumentado las deportaciones hasta 400.000 el año pasado, la cifra más alta de la historia, y ha duplicado la extensión del muro que comenzó a construir el Gobierno de George W Bush en 2006. “Hemos hecho todo lo que los republicanos decían que había que hacer para dar apoyo a una reforma”, aseguró. Las explicaciones sobre el estado del muro provocó el único abucheo del público, más favorable a un proceso de legalización de los indocumentados.

A partir de ahí, Obama se dedicó a defender a los inmigrantes y citó al empresario Bill Gates para argumentar que los Estados Unidos necesita inmigración para mantener su competitividad. La reforma es un “imperativo económico” para el país, afirmó. De hecho, algunos estudios aseguran que EE.UU. podría recaudar más de 66.000 millones de dólares en impuestos tras un proceso de regularización. Según una encuesta de Pew, ocho millones de inmigrantes ilegales trabajan en los Estados Unidos y representan un 5% del total de la fuerza de trabajo. “Los indocumentados viven en las sombras, lo que les hace más vulnerables a empresarios sin escrúpulos que evitan los impuestos, les pagan menos del salario mínimo legal o recortan los beneficios”, denunció Obama, que espera que la reforma introduzca más medidas para reducir la explotación laboral de inmigrantes.

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