Aunque sobre el papel la crisis golpea sin hacer distinciones, hay sectores sociales con una mayor predisposición en razón de su situación económica, social y educativa, hasta el punto de que puede hablarse de un círculo de pobreza hereditaria del que no es fácil salir. Lo demuestra el último estudio de la fundación Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada (Foessa), que ha analizado las familias que reciben ayuda del programa de atención a la infancia en situación de exclusión social de la obra social de La Caixa. Según este estudio, el 44,8% de todos los activos de estas familias están en el paro y un 66,4% de estos hogares tienen al menos un miembro que es inmigrante extracomunitario. Y aún otro dato: una de cada tres familias que reciben ayudas son monoparentales (36,2%), es decir que sólo un adulto (la madre, en la mayoría de los casos) sale adelante con el hogar y con sus hijos a cargo.

Víctor Renes, coordinador del estudio de Foessa (junto con Edis, Equipo de Investigación Sociológica), explicó al presentar ayer el informe Barcelona que el programa CaixaProinfancia (PCP) “ha demostrado que es posible erradicar la pobreza”. Desde el 2007, el PCP ha llegado a 44.460 menores de 0 a 16 años (y a 26.717 familias) del área metropolitana de Barcelona con una inversión de 34 millones de euros por parte de la entidad financiera. El programa se extiende también a otras nueve ciudades (Madrid, Bilbao, Málaga, Murcia, Sevilla, Valencia, Zaragoza, Mallorca y Canarias) alcanzando a 125.982 menores, con una inversión global de 154 millones de euros. En promedio significa una ayuda de 836 euros por hogar, expresada en bienes y servicios y canalizada en el caso de Barcelona a través de entidades como Caritas, Fedaia, Save The Children, Casal dels Infants del Raval y la Asociación Profesional de Servicios Educativos de Catalunya. Esa ayuda económica equivale al 20,5% del total de los ingresos de estos hogares, ya que la media es de 1.717,5 euros. Renes añadió que según datos del año 2009, en España hay un 4% de población en situación de pobreza severa (no llegan al 30% de la renta media española), un cifra que ha permanecido estable incluso en los años del gran crecimiento económico. Según algunos cálculos, que no forman parte de este estudio, se necesitaría un 0,5% del PIB para resolver esta problemática.

El estudio indica que los problemas con la vivienda son, después de la exclusión en temas de trabajo, los más urgentes. Un 70,9% de las familias beneficiarias de estas ayudas viven en régimen de alquiler y sólo un 25,5% tienen piso de propiedad. También destaca que casi un 46% están en situaciones de hacinamiento (menos de 15 metros cuadrados por persona). Otro dato preocupante es que casi el 12% han recibido malos tratos físicos.

A la pregunta de que que hubieran hecho de no contar con las ayudas del PCP, un 41,8% habrían reducido sus gastos básicos (alimentación, vivienda) y otro 40,3% pedirían dinero a familiares o amigos. Sólo un 3,4% pediría un crédito a un banco o caja.