BARCELONÈS

Badalona como síntoma

La Vanguardia, LUIS BENVENUTY, 18-05-2011

Y el imán dijo: “Los políticos siempre se ponen del lado de los vecinos de toda la vida porque nosotros no tenemos derecho a voto. Pagamos impuestos pero no votamos. Llevamos las de perder. Nuestros derechos están recortados”. Son declaraciones de hace más de un lustro, unos cuantos años después de que el Ayuntamiento de Badalona cediera ante la presión de los vecinos de toda la vida e impidiera la apertura de una mezquita en la calle Goya, un templo que los musulmanes del barrio de Llefià pretendían inaugurar porque el antiguo se quedó pequeño. Muchos viernes rezaban descalzos en plena calle.

La nueva realidad social tras las primeras olas migratorias del siglo XXI cogió en falso a los gobernantes. Aquellos palos de ciego de Badalona ilustran el desconcierto. Por aquellas fechas, muy cerca, en Santa Coloma de Gramenet, vecinos del barrio de Singuerlín se subían los nietos a los hombros para, con megáfonos, gritar “terroristas” a los que entraban en su nuevo oratorio. Todas las noches. Así estaba el clima. Y el Consistorio de Badalona decretó una moratoria de un año de nuevos templos para encontrar un lugar apartado donde abrir la gran mezquita de la ciudad. La idea era permutar aquel local de la calle Goya por alguna nave industrial.

El primer emplazamiento quedó descartado después de que los vecinos de la estación de metro más cercana se opusieran tras la primera filtración. Fue entonces cuando el líder del Partido Popular, Xavier García Albiol, estableció como táctica que para desgastar a sus rivales instalados en el poder lo mejor era atacarlos en el campo más novedoso, el que menos conocían, el más incómodo…, el de los problemas asociados a la nueva inmigración. “No a la mezquita en terrenos públicos”, fue su lema, el que instó la fundación de varias plataformas ciudadanas que recogieron veinte mil firmas de vecinos con derecho a voto contra la última opción planteada por el Ayuntamiento.

Al poco se celebraron las últimas elecciones. Las urnas hicieron del PP la segunda fuerza de la urbe. Para conservar la alcaldía, los socialistas se aliaron con CiU. Y el convergente Josep Pera fue el nuevo responsable de estos asuntos. Badalona suspendió el proyecto de la gran mezquita. Una entidad deportiva denunció que no le parecía higiénico que los musulmanes rezaran descalzos en las mismas pistas donde luego jugaban los críos al baloncesto. Pero el Consistorio, por esta vez, no cedió a las presiones, y explicó que la firmeza era un modo de hacer pedagogía ciudadana.

Luego la entidad pakistaní Camí de la Pau anunció su intención de abrir una mezquita en el barrio de Artigues. Aquí la convivencia da un poco de pena. Muchos vecinos mostraron su oposición, Albiol removió de nuevo las aguas. “Lo que hizo el Ayuntamiento – dice Pera-fue decirles a los vecinos de toda la vida que el local cumplía los requisitos establecidos, que cuál era el problema… Y a los musulmanes que los zapatos no se podían dejar fuera, que en la calle no se podían montar aglomeraciones, que el aforo era el que era… Fueron seis meses de reuniones con unos y otros”.

Hace más de un año que el templo está abierto. No es que despierte la simpatía de los vecinos, pero tienen otros quebraderos de cabeza: paro, degradación del espacio público, infravivienda, incivismo…

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