La policía preserva la identidad de la empleada del hotel neoyorquino
La denunciante, de 32 años, es elogiada por su trabajo y vive en el Bronx
La Vanguardia, , 17-05-2011Es la protagonista invisible de este truculento caso. No se conoce su nombre y los datos sobre su identidad son escasos.
La empleada de la limpieza que el sábado denunció un intento de violación a manos de Dominique Strauss-Kahn – jefe del Fondo Monetario Internacional y hasta entonces favorito socialista para derrotar a Nicolas Sarkozy en las próximas presidenciales francesas-es invisible e ignorada en buena parte de los comentarios sobre el escándalo.
“Escuchando cómo la clase política intenta asumir la destrucción de Dominique Strauss-Kahn, apenas oigo un pensamiento para su acusadora”, ha escrito desde París el periodista de The New Yorker Philip Gourevitch.
Las teorías conspirativas que han empezado a circular sobre la caída del político francés sitúan implícitamente bajo acusación a esta mujer de 32 años y origen africano. Porque si hubo complot, entonces ella fue cómplice, o culpable. Y en este caso la presunción de inocencia reclamada para Strauss-Kahn no se aplicaría a la víctima.
En una columna en el diario francés Rue 89,el periodista Daniel Schneidermann lamentaba ayer que los líderes socialistas franceses, con excepciones, sólo hubiesen declarado su solidaridad con Dominique Strauss-Kahn y con su familia.
“Ni uno hizo alusión (si las acusaciones están fundamentadas, claro) a la víctima, a la mujer de la limpieza”, escribió, para recordar las campañas de descrédito que ha sufrido en el pasado víctimas de violaciones.
“¡Cómo se reirán en Fox News,en casa de Murdoch. Ya oímos como recuerda el caso Polanski, y sus ´Vive la France!´. Tendrán razón”, añade, en alusión a los medios de comunicación conservadores que durante la guerra de Iraq cultivaron la francofobia.
El caso Strauss-Kahn ha evidenciado algunas diferencias culturales entre Estados Unidos y la vieja Europa.
En Estados Unidos la vida privada de los políticos se considera de interés porque se tiene la convicción de que repercute en su gestión pública. La prensa se siente en el deber de informar sobre cualquier asunto de la vida íntima de los políticos si afecta a su gestión, aún más si existe una posible ilegalidad. En Francia había periodistas que conocían los antecedentes acosadores de Dominique Strauss-Kahn, pero muy pocos los habían difundido.
La mujer que ha denunciado al político francés vive en el Bronx y tiene una hija adolescente, según The New York Times.Se había mudado unos meses atrás a su residencia actual. The Wall Street Journal precisa que es guineana y tiene dos hijos. Lleva tres años trabajando en el Sofitel, donde tuvo lugar la supuesta violación, y su rendimiento era “satisfactorio”, según un comunicado emitido por la dirección del hotel el domingo.
Casi a la misma hora ella era conducida, tapada con una manta, a las dependencias policiales de Harlem para participar en la rueda de reconocimiento. La policía pidió a los periodista que no la fotografiaran.
Otra empleada del hotel dijo a The New York Post que la víctima es “una buena persona, muy amable. Está en estado de shock”. La dirección del establecimiento había pedido a los trabajadores que no le preguntasen nada sobre lo ocurrido. “La dirección dijo: ´No preguntéis demasiado porque está triste. Sólo abrazadla cuando regrese”.
En algunos medios se recuerda también la premonición de Piroska Nagy. Esta economista húngara denunció en el 2008 el acoso de su jefe, el director ejecutivo del FMI, caso que quedó en nada. Nagy avisó que Strauss-Kahn tenía un problema que le incapacitaba para trabajar con mujeres.
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