Tensión en el barrio Cadagua de Barakaldo tras un cruce de navajas
El Correo, , 17-05-2011La Policía vigila de forma permanente la pequeña barriada de Cadagua, en Cruces (Barakaldo), desde que la tarde – noche del domingo un cruce de navajas entre dos jóvenes enfrentó a una familia de etnia gitana con el resto de los vecinos. Las «amenazas de muerte» vertidas contra algunos residentes hacen temer a los responsables policiales un nuevo estallido violento.
La tensión se desató el domingo alrededor de las ocho y media de la tarde. Dos chicos del barrio, «amigos desde niños», se enzarzaron en una disputa por motivos banales mientras jugaban una partida de cartas. Uno de ellos, José Antonio, de 23 años, recibió un puñetazo que le abrió el labio, y salió corriendo. Detrás, según los vecinos, «le siguieron unas veinte personas con palos y navajas».
El chico buscó refugio en una casa, donde varias personas estaban reunidas en la terraza. El barrio, ubicado en una ladera al borde de la autopista A – 8, está formado casi en exclusiva por viviendas unifamiliares. Uno de los perseguidores se coló en el interior de la casa en busca del muchacho, y ambos se enzarzaron en una pelea. Al verse «acorralado», el joven, que presentaba heridas en la cara y en una mano, clavó una navaja al otro chico, que resultó herido de gravedad con un corte en el tórax.
«Apaleados»
En ese momento, llegaron en su auxilio sus padres, que fueron «apaleados» por los familiares del apuñalado, según la versión de los vecinos. A la madre «le arrancaron un mechón» de pelo y al padre «le dieron tal paliza que salió cojeando». «¡Por Dios, llamar a la Policía, que aquí se matan!», gritó Eloína, la dueña de la vivienda donde se desencadenó la refriega. Las manchas de sangre se apreciaban aún ayer en el suelo y en una barandilla de piedra.
El herido más grave fue introducido por sus allegados en un vehículo particular y evacuado al cercano hospital de Cruces, donde ingresó en la unidad de Urgencias. Ayer, fue trasladado a planta, donde permanecía por la tarde, ya fuera de peligro.
Por su parte, José Antonio fue detenido por agentes de la comisaría de la Ertzaintza de Sestao acusado de agresión con arma blanca y trasladado posteriormente a dependencias policiales, donde seguía ayer. Patrullas de la Ertzaintza y de la Policía Municipal de Barakaldo – algunos agentes llevaban el arma en la mano – tomaron el barrio para evitar nuevos rebrotes violentos. Sanitarios de la DYA atendieron a los padres del detenido, muy alterados.
A raíz de este incidente, los vecinos denuncian que recibieron continuas «amenazas de muerte» por parte de familiares del apuñalado, algunas incluso a gritos en plena madrugada. «Dicen que si testificamos en el juicio, nos van a matar», aseguraba ayer Marimar, una de las residentes. «A mi madre le han avisado que le van a quemar la casa», apuntaba otro afectado. Algunas de estas amenazas se lanzaron incluso delante de agentes uniformados. La furgoneta del padre del arrestado amaneció ayer con una rueda pinchada.
«Estamos cansados, así no se puede vivir», protestaba otro de los vecinos. Conviven con esta familia, que ellos califican de «conflictiva», desde hace unos 25 años, y hasta ahora nunca había pasado nada «tan grave». En este tiempo, el Ayuntamiento de Barakaldo ha recibido quejas vecinales de ruido o insalubridad, pero hasta ahora no tenían constancia de ningún «problema de seguridad».
Por su parte, los denunciados negaron ayer haber dirigido amenazas contra nadie, aunque prefirieron no ofrecer su versión sobre los hechos. «Estamos muy tranquilos», afirmaron.
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