El futuro del tratado europeo de libre circulación
Schengen será revisado
Los líderes europeos decidirán en junio cómo flexibilizar el acuerdo
La Vanguardia, , 13-05-2011El viraje hacia la derecha populista que está viviendo Europa está a punto de erosionar uno de los mayores logros del proyecto comunitario. Si la moneda única – uno de los grandes pilares-se ha visto en la cuerda floja en los últimos meses, ahora le ha llegado el turno al tratado de Schengen, el acuerdo que permitió suprimir las fronteras internas en 22 países de la UE y que se ha convertido en uno de los emblemas de la Europa unida.
La reunión que ayer celebraron los ministros del Interior de la UE en Bruselas sirvió para constatar que hay una mayoría de estados miembros que está a favor de la propuesta de Francia e Italia de retocar el acuerdo de Schengen con el objetivo de clarificar – y quizás ampliar-los casos que permiten a los gobiernos restablecer temporalmente los controles fronterizos.
La Comisión Europea, amante de los malabares lingüísticos, insiste en hablar de “mejorar” y “aclarar” Schengen, pero en la práctica los cambios que se puedan introducir – por modestos que sean-servirán para flexibilizar el acuerdo y dar más margen a los gobiernos para cerrar fronteras. Sin embargo, ayer no se concretó ni qué se va a modificar ni cómo se van a hacer los cambios.
La decisión quedará en manos de los líderes europeos, que se reunirán a finales de junio en Bruselas.
Francia, con ánimo de calmar las críticas que le llovieron cuando decidió cerrar sus fronteras para evitar la entrada de inmigrantes tunecinos procedentes de Italia, subrayó ayer que su intención es “reforzar” el tratado y achacó a un “malentendido” que se interpretara lo contrario. Además, defendió la creación de un mecanismo europeo para que la decisión de restaurar las aduanas temporalmente la tomen conjuntamente los gobiernos y no un socio de forma unilateral. “En casos excepcionales, de crisis sistemática grave, podría haber un restablecimiento de los controles en las fronteras interiores, pero en el marco de un mecanismo europeo”, aseguró el ministro francés de Interior, Claude Guéant.
El mecanismo para autorizar a un país a restablecer controles podría crearse expresamente o se podría utilizar el marco del Consejo de Ministros de Interior y Justicia de la UE, que se celebra mensualmente. En cualquier caso, Alemania y Austria dejaron claro que son decisiones que corresponden a los socios y no a la Comisión Europea. Los Veintisiete también pidieron reforzar el control de las fronteras exteriores de la UE.
Según fuentes comunitarias, dieciocho o veinte capitales están de acuerdo en revisar el tratado de Schengen y un grupo de tres o cuatro países – entre ellos España-considera que no hay que tocarlo, pero tampoco se opondrían a ello si hubiera la mayoría suficiente para hacerlo.
La comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, subrayó que los cambios que se hagan no van a afectar a la libre circulación de personas y añadió que los controles en las fronteras interiores “no se permitirán salvo que se respeten unas condiciones muy estrictas en que todos estamos de acuerdo”.
El vigente tratado autoriza el restablecimiento de controles fronterizos de forma puntual y en casos muy específicos: si hay una amenaza para el orden público o para la seguridad interior. ¿La llegada de una ola de inmigrantes clandestinos en un país del sur es una amenaza para la seguridad interior de otro país? Según Malmström, las modificaciones de Schengen podrían limitarse a clarificar estos términos tan ambiguos para que no surja este tipo de dudas.
La reunión de ayer también sirvió para que el Gobierno danés explicara y justificara su sorprendente decisión de restablecer las aduanas. Tras el anuncio a bombo y platillo del miércoles, ayer el ministro de Integración danés, Soren Pind, matizó que no se trata de poner controles en fronteras y aeropuertos para revisar los pasaportes sino sólo de controlar vehículos de forma aleatoria para evitar el tráfico de armas, drogas o seres humanos, una medida que sí contemplaría Schengen.
De hecho, el ministro danés no escuchó ayer ni un solo reproche de sus colegas europeos. “Creo que (los ministros) han entendido nuestra decisión. Y si no lo han entendido, así es la política”, declaró Pind al término de la reunión. El ministro aseguró estar sorprendido por todo el revuelo que había causado la noticia. La Comisión Europea, por su parte, sigue estudiando la medida para ver si se ajusta al tratado.
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