La secretaria de Estado española de Inmigración y Emigración, Anna Terrón, tachó ayer de desproporcionada la propuesta franco-italiana de reformar el acuerdo Schengen ante la llegada a la Unión Europea de decenas de miles de inmigrantes y refugiados como consecuencia de las revueltas en el norte de África.

«Es desproporcionado abordar la situación actual con una reforma de Schengen, cuando no la ha habido en otros momentos», señaló Terrón, quien abordó este asunto, entre otros, con la responsable de la oficina gubernamental para la integración de los inmigrantes extranjeros en Alemania, María Böhmer.

Según Terrón, «nadie se opone a que Schengen funcione mejor, pero sobre la base de la libre circulación» de personas dentro de la Europa sin fronteras interiores. Subrayó que el tratado incluye la posibilidad de reintroducir temporalmente las fronteras y agregó que «puede hacerse sin necesidad de ninguna reforma». Calificó de sorprendente que la llegada de inmigrantes como consecuencia de la situación en el norte de África «se haya convertido en una crisis». Según Terrón, «la clave está en ayudar a Túnez», desde el que en los últimos dos meses llegaron a Italia alrededor de 25.000 «inmigrantes económicos».

Un controvertido proyecto de ley para mejorar la lucha contra la inmigración irregular fue aprobado ayer en la Asamblea Nacional de Francia.

La iniciativa endurece el combate contra los indocumentados y mantiene retirar la nacionalidad francesa por el momento solo a culpables de actos de terrorismo a los naturalizados hace menos de diez años que atenten contra las fuerzas del orden. El texto acepta, además, el retraso hasta cinco días de la intervención de un juez en caso de detención. Se prevé que eso mejorará los procesos de alejamiento, es decir, la expulsión.