Francia y la OTAN niegan haber visto la embarcación en la que murieron 61 inmigrantes procedentes de Libia
Según The Guardian, la barcaza solicitó auxilio a un helicóptero y a un portaaviones, que desoyeron su llamamiento La Alianza: «El único portaaviones de la OTAN esos días operaba 100 millas mar adentro» Francia: «El portaaviones 'Charles de Gaulle' nunca estuvo en la zona ni encontró emigrantes en apuros»
Diario Vasco, , 10-05-2011Tanto Francia como la OTAN han desmentido tajantemente las afirmaciones del diario británico The Guardian, que denuncia la denegación de auxilio a finales de marzo a un barco a la deriva en el Mediterráneo en el que murieron 61 inmigrantes indocumentados procedentes de Libia que trataban de llegar a la isla italiana de Lampedusa.
La portavoz de la OTAN, Carmen Romero, ha considerado “erróneas” las afirmaciones de que supuestamente sus navíos hicieron caso omiso de las peticiones de auxilio, al señalar que sólo uno de sus barcos se encontraba de servicio esos días y a más de 100 millas náuticas del lugar. El artículo publicado por el rotativo britanico se basa en declaraciones de los supervivientes, a los que las corrientes devolvieron de nuevo a Libia, y menciona que un portaaviones aliado avistó el buque averiado en el que viajaban los inmigrantes, sin auxiliarlo. Según la portavoz, “cualquier afirmación de que un portaaviones de la OTAN encontró y después ignoró al buque en peligro es errónea”.
En ese sentido, Romero ha recordado que los buques de la Alianza Atlántica conocen sus responsabilidades respecto de las disposiciones de seguridad de la vida en el mar (SOLAS) contenidas en la Ley Marítima Internacional. Asimismo, ha especificado que durante la noche del 26 al 27 de marzo varias unidades de la OTAN estuvieron implicadas en dos incidentes diferentes relacionados con la seguridad de la vida en el mar en esa región. El primero de ellos ocurrió a 50 millas náuticas al norte-noreste de Trípoli, en el que cerca de 300 personas fueron rescatadas y, el segundo, en el que se vio envuelto un buque con 210 personas a bordo, sucedió en una posición similar, ha apuntado. En ambos casos, los rescatados fueron transferidos a Italia con la asistencia de las autoridades de ese país.
También Francia se ha mostrado tajante al desmentir la afirmación de que el portaaviones ‘Charles de Gaulle’ se encontrara en la zona del naufragio. El portavoz del Estado Mayor del Ejército, Thierry Burkhard, ha asegurado que la información es “falsa”, ya que el portaaviones “nunca estuvo en esa zona, nunca encontró emigrantes en apuros”, ha recalcado el portavoz, quien ha agregado que “duele que se pueda pensar que marinos franceses no socorrieron a náufragos en dificultades”.
Travesía agónica
Según The Guardian, en el barco viajaban 72 personas (47 etíopes, siete nigerianos, siete eritreos, seis ghaneses y cinco sudaneses). De ellos, 20 eran mujeres y dos niños, uno de ellos de solo un año de edad. Finalmente, solo 11 personas a bordo consiguieron sobrevivir, mientras que el resto murió tras pasar 16 días en el mar. El destino final de la embarcación era Lampedusa, pero tan solo 18 horas después de salir el bote comenzó a sufrir problemas y a perder combustible. Entonces, los inmigrantes utilizaron el teléfono vía satélite para llamar a un religioso al frente de una ONG en Roma, quien a su vez contactó con los Guardacostas italianos.
Estos aseguraron al religioso que se había dado la alarma a las autoridades competentes y se había determinado que el barco estaba a unas 60 millas de Trípoli. A continuación un helicóptero militar sobrevoló el barco e hizo llegar botellas de agua y paquetes de galletas a los pasajeros, a los que se pidió que permanecieran a la espera de que otro barco viniera a rescatarles. Sin embargo, según lo relatado por los supervivientes y por las personas que hablaron con los inmigrantes mientras estuvieron en el mar, ningún barco vino en su ayuda. Según el rotativo, ningún país ha reconocido haber enviado el helicóptero.
Un portavoz de los Guardacostas italianos ha indicado que se avisó a Malta de que “el barco se dirigía a su zona de búsqueda y rescate y emitimos una alerta para que los barcos buscaran el bote, obligándoles a intentar un rescate”. Desde Malta se niega ninguna implicación en el caso. Como la ayuda no llegaba y apenas quedaba combustible, el capitán del barco, un ghanés, intentó llegar hasta Lampedusa, pero el 27 de marzo la embarcación había perdido el rumbo, se había quedado sin combustible y estaba a la deriva.
Llegada a Libia
En un momento dado, hacia el 29 o el 30 de marzo, el barco fue llevado a las proximidades de una embarcación de la OTAN. Según los supervivientes, dos cazas despegaron del buque y sobrevolaron el barco mientras los inmigrantes les mostraban a los dos niños. Tampoco entonces recibieron ayuda. A partir de ese momento, sin alimentos ni agua, los inmigrantes comenzaron a morir uno a uno.
Finalmente, el 10 de abril, el barco llegó a una playa cerca de la localidad libia de Zlitan, cerca de Misrata, en el oeste del país. Sólo once de los 72 inmigrantes que viajaban a bordo seguían con vida, pero uno de ellos falleció casi inmediatamente después de llegar a tierra y otro murió poco después en prisión, ya que las fuerzas gubernamentales detuvieron a los inmigrantes durante cuatro días.
Las ONG’S piden una aclaración
Las organizaciones defensoras de los derechos de los refugiados han exigido una investigación de lo ocurrido y la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) han solicitado mayor cooperación para salvar vidas entre los buques comerciales y militares que surcan las aguas del Mediterráneo. “El Mediterráneo no puede convertirse en algo así como el Lejano Oeste. Quienes se abstienen de rescatar a las personas en peligro en esas aguas tienen que ser castigados”, ha afirmado Laura Boldrini, portavoz de ACNUR.
El padre Moses Zerai, un cura eritreo afincado en Roma y que dirige la organización para los derechos de los refugiados Habeshia, fue una de las últimas personas que estuvo en comunicación con el barco antes de que se agotasen las baterías de su teléfono por satélite. “Ha habido una abdicación de responsabilidad que ha resultado en la muerte de más de sesenta personas, niños incluidos. Ello constituye un crimen, un crimen que no puede quedar impune sólo porque se trataba de inmigrantes africanos y no de turistas de un crucero”, denunció el sacerdote.
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