La sombra de las muertes de inmigrantes en el Mediterráneo planea sobre la OTAN

Diario Sur, LOURDES GÓMEZ, 10-05-2011

La OTAN rechazó ayer las conclusiones de la investigación de un diario británico que culpa a las fuerzas aliadas de ignorar la señal de auxilio de un barco de inmigrantes, causando la muerte de decenas de hombres, mujeres y niños. De acuerdo con testimonios recogidos por ‘The Guardian’, un portaaviones de la OTAN negó, al parecer, asistencia a una pequeña embarcación, con 72 inmigrantes africanos a bordo, que partió de Trípoli el 27 de marzo con destino a la isla de Lampedusa. El servicio italiano de guardacostas fue informado de que el barco perdía combustible, pero la ayuda no se materializó y la mayoría de la tripulación falleció de hambre y sed. Sólo once personas llegaron a tierra, según informa el diario en su edición del lunes.

Los testimonios de supervivientes y de un cura de Eritrea ubicado en Roma permiten a ‘The Guardian’ reconstruir la trágica travesía. El barco, que capitaneaba un marino de Ghana, comenzó a perder combustible a las 18 horas de salir de la capital libia. A través de una comunicación telefónica vía satélite se informó de las dificultades al sacerdote Moses Zerai, quien dirige una organización en defensa de los derechos de los refugiados y quien se puso en contacto con los guardacostas italianos.

Un helicóptero militar sobrevoló el barco, lanzando botellines de agua y paquetes de galletas al grupo de inmigrantes huidos de Etiopía, Nigeria, Sudán, Ghana y Eritrea. El rescate se anticipaba en pocas horas, pero la esperanza dio paso a la angustia. «Se agotó el carburante, terminamos la comida y el agua, se acabó todo. Navegamos a la deriva en el mar», explica el superviviente Abu Kurke. Etíope de 28 años, añade al diario británico: «Al despertar, cada mañana, encontrábamos más cadáveres. Los dejamos en cubierta 24 horas y después los tiramos por la borda».

Dos días después de saltar la alarma, el barco se aproximó a un portaaviones. ‘The Guardian’ lo identifica «probablemente» con el buque francés ‘Charles De Gaulle’, eventualidad que rechaza el Gobierno de Francia. Un portavoz del ministerio galo de Defensa señaló ayer que su portaaviones «nunca estuvo en esa zona, nunca encontró emigrantes en apuros».

Arrastrado por la corriente

A su vez, la OTAN informó que el único portaaviones que estaba operando bajo las órdenes de los aliados a finales de marzo era el italiano ‘Garibaldi’. Pero en un comunicado emitido ayer, la Alianza Atlántica asegura que la embarcación italiana navegaba «a más de 100 millas náuticas en alta mar», fuera de la zona en cuestión. La posición del barco de inmigrantes se estableció a unas 60 millas de la costa de Trípoli cuando los guardacostas italianos recibieron la señal de alarma.

Los testimonios de los supervivientes hablan no sólo de la cercanía de un portaaviones a la pequeña embarcación. Aseguran también que dos aviones despegaron del buque militar y que volaron a poca altura de sus cabezas. Pero la ayuda no llegó y el barco fue arrastrado por las corrientes durante más de diez días.

Para los supervivientes, la tragedia no concluyó al tocar tierra firme. Los vientos y el mar empujaron la embarcación de vuelta a su destino inicial. El pasado 10 de abril, encalló en una playa próxima a Misrata y, de acuerdo con ‘The Guardian’, los once tripulantes restantes fueron detenidos por las fuerzas de Gadafi. Dos de ellos murieron en prisión y el resto se encuentra actualmente en un refugio de Trípoli. La OTAN recuerda que el reglamento obliga a sus operarios a responder a las llamadas de auxilio de cualquier embarcación, militar o civil.

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