REVUELTAS EN EL MUNDO ÁRABE

La OTAN niega que uno de sus buques no auxiliara a un barco de inmigrantes

La Voz de Galicia, La voz / redacción, 10-05-2011

Un diario dice que la Alianza dejó morir a 61 ocupantes de una lancha a la deriva

Un diario dice que la Alianza dejó morir a 61 ocupantes de una lancha a la deriva

La OTAN y Francia negaron ayer categóricamente que uno de sus buques hubiera denegado auxilio a un grupo de emigrantes africanos que perecieron en su intento de alcanzar la isla italiana de Lampedusa después de partir de Trípoli el 25 de marzo, como asegura el diario británico The Guardian. La información «es falsa», afirmó en Bruselas la portavoz de la Alianza, Carmen Romero.

The Guardian publicó ayer que la OTAN dejó morir de «hambre y sed» a 61 personas cuando uno de sus portaviones ignoró los llamamientos de socorro de una embarcación en el Mediterráneo, pese a constatar el riesgo de naufragio. Tras 16 días a la deriva debido a una avería, solo once de las 72 personas que estaban a bordo, entre ellas mujeres y niños, lograron sobrevivir, según el rotativo.

«Un solo portaviones se hallaba bajo mando de la OTAN en esa fecha, el navío italiano Garibaldi, y estaba a más de cien millas náuticas de las costas libias», según Romero.

No era el «Charles de Gaulle»

The Guardian había indicado en cambio que podía tratarse del portaviones francés Charles de Gaulle. El portavoz del Estado Mayor del Ejército de Francia, Thierry Burkhard, desmintió también la información. El Charles de Gaulle «nunca estuvo en esa zona, nunca encontró emigrantes en apuros», recalcó. «Duele que se pueda pensar que marinos franceses no socorrieron a náufragos en dificultades», agregó el coronel.

En España, el popular Esteban González Pons pidió a la ministra Carme Chacón que abra una investigación para aclarar si las tropas españolas destinadas en aguas libias recibieron las peticiones de auxilio de los inmigrantes, informa Efe.

The Guardian describe lo ocurrido en la embarcación utilizando testimonios de supervivientes y de otras personas que estuvieron en contacto con los inmigrantes, situados a unas 60 millas de Trípoli. Los inmigrantes utilizaron un teléfono vía satélite para llamar a Roma a Moses Zerai, cura eritreo que dirige la oenegé Habeshia, que a su vez se puso en contacto con la guardia costera italiana. Pronto, un helicóptero militar apareció sobre el barco, les bajó botellas de agua y paquetes de galletas y les indicó que deberían mantener su posición hasta que un barco de rescate llegase. Nunca llegó dicho barco.

Ayer, un portavoz de los guardacostas italianos afirmó que Roma alertó a Malta para que se ocupara del caso, pero desde La Valeta se negó «cualquier tipo de implicación», según AFP.

«Ha habido una abdicación de responsabilidad […]. Ello constituye un crimen, un crimen que no puede quedar impune», denunció el padre Zerai.

Unas 30.000 personas

Unos treinta mil inmigrantes han hecho el viaje a través del Mediterráneo en los últimos cuatro meses. En este período, un gran número de muertos ha quedado en el camino. En abril, más de 800 nunca llegaron a las costas europeas y se presume que han perecido.

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