Repartir el alumnado extranjero por toda la red educativa es un reto de extrema dificultad para el Departamento de Educación del Gobierno vasco. En primer lugar, porque se trata de un colectivo que opta en su inmensa mayoría por las escasas aulas de modelo A existentes y, además, elige escuelas e institutos a los que ya acuden otros niños de su mismo origen. Paralelamente, a medida que se dispara el número de inmigrantes en un centro, los padres autóctonos huyen. Conocedores de esta reacción, algunos centros ponen en práctica su capacidad para desanimar a los inmigrantes a incorporarse a sus clases, según expertos conocedores de la realidad educativa alavesa.

La clara preferencia de estos estudiantes por escolarizarse en castellano explica que los únicos cuatro centros de Vitoria que registran un 0% de estudiantes nacidos fuera de España sean ikastolas, donde se imparte exclusivamente modelo D. Se trata de las públicas Arantzabela y Barrutia, y las privadas Olabide y Armentia.

Pero estos cuatro centros son la cara opuesta de una realidad que viven, por ejemplo, los colegios Santa María de Vitoria, Divino Maestro, San Ignacio, Judizmendi y Samaniego. O los institutos Los Herrán, Federico Baraibar y Francisco de Vitoria. La mitad o más de sus alumnos son extranjeros. Todos ellos pertenecen a la red pública. Sólo un concertado en toda la provincia se aproxima a este porcentaje. Se trata de Hogar San José, con un 42% de escolares inmigrantes, según los últimos datos actualizados por la Consejería de Isabel Celaá. El resto de los centros privados arroja cifras muy alejadas.

De hecho, las estadísticas sitúan rozando el 0% de extranjeros a un gran número de centros concertados. Así, la relación de colegios integrales vitorianos que en todas sus etapas educativas (Infantil, Primaria y Secundaria) tienen menos de un 4% de media de inmigrantes en sus aulas la componen San Viator, Marianistas, Virgen Niña, Urkide, Sagrado Corazón, Corazonistas y San Prudencio. Y en Llodio, la ikastola Laudio. Todos ellos son privados. Sólo uno público forma parte de esta lista, Ikasbidea, en Durana.

Estas cifras justifican la preocupación que existe en la Delegación de Educación de Álava por buscar fórmulas que lleven a una distribución más homogénea del alumnado extranjero. Para los responsables educativos, lo óptimo sería que no hubiera más de un 12%. Por encima de ese porcentaje, es más difícil la integración y romper barreras sociales.

Oferta normalizada

La delegada de Educación en Álava, Marian Jauregi, ya ha manifestado su apuesta por buscar fórmulas para que todos los centros asuman que «el alumnado extranjero es cuestión de todos, públicos y concertados». ¿Cómo se hace? «Si tenemos en cuenta que la población extranjera tiende a concentrarse en determinadas áreas de la ciudad, y cada una de ellas tiene adscritas unas escuelas, la agrupación de alumnos inmigrantes está garantizada. Hay que evitar esa aglomeración distribuyendo al alumnado entre todos los colegios de la zona». Eso sí, siempre respetando la elección de modelo lingüístico de los padres, «porque la oferta que tengan ellos tiene que ser igual de normalizada que la de cualquier otro niño».

Además, Educación ha creado mesas de trabajo con las comunidades educativas de algunos colegios para consensuar los pasos a dar. Una de las decisiones ya adoptadas de cara al próximo curso pasa por cerrar la oferta de modelo A en el instituto Los Herrán. El objetivo es que termine convirtiéndose en un instituto de enseñanza en euskera (D).