sarkozy y Berlusconi insisten en imponer a la Unión Europea sus propuestas involucionistas en la construcción de un modelo político europeo centrado en la consolidación de derechos fundamentales, democráticos y sociales. Su propuesta de modificar el Tratado de Schengen – que permite la libre circulación de las personas por las fronteras de los estados miembros – ha sido asumida por la comisaria de Interior, la sueca Cecilia Malmström, quien propone modificar el tratado para poder suspender su aplicación en casos de inmigración masiva. En realidad, tras la iniciativa de Sarkozy y Berlusconi hay una nueva apuesta política e ideológica por el recorte de derechos, basada en la utilización populista y demagógica de la extensión de la idea del miedo, en este caso a las supuestas invasiones masivas de inmigrantes procedentes de los países del norte de África. Sarkozy y Berlusconi son dos evidentes ejemplos de esa clase política derechista, conservadora y neoliberal, que ha sustentado su poder en el recurso al miedo y en la exaltación del orden – ambos tienen imitadores destacados en el Estado y también en Navarra – como vías de un sistema de manipulación de la opinión pública para acceder al poder. No es Schengen sólo lo que se pretende revisar. Es la misma idea original de una Europa basada en los derechos humanos y el humanismo democrático lo que se quiere eliminar del actual proceso de construcción europea. La supresión de las garantías legales públicas como salvaguarda de los derechos reconocidos en favor del personalismo autoritario, de la manipulación mediática y de los intereses privados.