Madrid. Los inmigrantes aportan más de lo que cuestan al Estado del Bienestar, aunque cada vez más gente cree lo contrario, según un estudio financiado por Obra Social de la Caixa del que se desprende que el “gran beneficiario” de esta contribución es la Administración General del Estado, mientras que las administraciones locales y autonómicas se ven en dificultades para adaptar los servicios públicos al aumento de población, que repercute negativamente en la percepción ciudadana sobre la inmigración.

El estudio explica que existe un desajuste entre los recursos fiscales generados por la inmigración y su distribución territorial, que provoca saturación en los servicios sociales de las comunidades con más inmigrantes . También, refleja que hay un cambio de demanda en los servicios sociales y que la oferta no se ajusta por la lentitud de las administraciones para adaptarse.

Comunidades como Cataluña, Madrid o la Comunidad Valenciana han experimentado dificultades para responder a la demanda adicional de prestaciones y servicios sin que la financiación del gobierno central se haya ajustado al mismo ritmo. Así, el fondo creado por el Ejecutivo resulta claramente insuficiente para frenar el deterioro de los servicios sociales según refleja el informe.

Por otra parte, se detalla que los inmigrantes no generan un mayor gasto social que los autóctonos. Este indica que los inmigrantes consultan un 7% menos al médico de cabecera y hasta un 16,5% menos al especialista, aunque visiten un 3,2% más las urgencias. Aunque suponen el 12% de la población, se les destina sólo un 5% del gasto sanitario.

Pero, en cuanto a su aportación neta, es claramente positiva según el estudio, ya que llega a ser dos o tres veces superior al gasto que generan durante las primeras fases del proceso migratorio.

De sus aportaciones, en el mercado laboral, destacan la contención salarial que ha frenado la inflación, ya que existía mano de obra suficiente. Además, han cubierto nichos que de otra forma habrían dejado de ser productivos, como la agricultura intensiva. También han introducido flexibilidad y han permitido incrementar la tasa de empleo femenino.

En el ámbito de la balanza fiscal, el informe apunta que todos los inmigrantes pagan impuestos al consumo. En total, fueron responsables del 30% del crecimiento del PIB entre mediados de los 90 y mediados de los 2000 y han retrasado en cinco años la entrada en déficit del sistema de pensiones.