La UE tumba la ley italiana para recluir a los 'sin papeles'
El tribunal comunitario rechaza el delito penal de inmigración ilegal y aboga por expulsiones que respeten derechos fundamentales
El Correo, , 29-04-2011El Tribunal de Justicia de la UE exigió ayer la suspensión de la controvertida normativa italiana que convierte la inmigración ilegal en delito penal. La corte comunitaria subraya en una sentencia que encarcelar a los ‘sin papeles’ por negarse a abandonar el país transalpino vulnera la legislación europea, que apuesta por «una eficaz política de repatriación respetando los derechos fundamentales». El Gobierno de Silvio Berlusconi confesó su «insatisfacción» con el fallo y se declaró víctima de una especie de persecución emprendida desde Bruselas.
La sentencia de la corte de la UE, que tiene su sede en Luxemburgo, ampara a un inmigrante argelino Hassen el-Dridi que había sido condenado a un año de prisión por desobedecer una orden de expulsión. Según explican los jueces comunitarios, las autoridades italianas iniciaron en 2004 los trámites para que el ‘sin papeles’ magrebí dejara el país. Seis años más tarde, El-Dridi permanecía en territorio transalpino e incumplió un requerimiento para abandonarlo en un plazo de cinco días, lo que motivó finalmente la imposición de la pena de cárcel.
El indocumentado argelino recurrió la sentencia y el Tribunal de Trento, que se encarga del caso, optó por consultar a la corte comunitaria. Los magistrados italianos preguntaron a sus homólogos de Luxemburgo si la polémica normativa aprobada por el Ejecutivo Berlusconi es compatible con la legislación comunitaria. El fallo difundido ayer deja bien claro que el delito de inmigración ilegal desborda los límites establecidos por la Directiva de Retorno, el marco jurídico unificado aprobado por los Veintisiete en 2008.
La sentencia remarca que el eje central de la legislación migratoria de la UE es la repatriación de los ‘sin papeles’. Para ello, se establecen una serie de pautas que apuestan primero por el retorno voluntario de los inmigrantes y, en caso de incumplimiento, por la salida forzosa «a través de las medidas menos coercitivas posibles». Solo se autoriza el internamiento, por un periodo máximo de dieciocho meses y en un centro especializado, si el «comportamiento» del inmigrante «dificulta» su expulsión.
Con estas premisas, el Tribunal de Luxemburgo estima que no se puede imponer una pena de cárcel a un inmigrante por negarse a abandonar el país y llama a Italia a redoblar sus esfuerzos para impulsar una «política eficaz de repatriación y expulsión». Además, exige a Roma que deje en el limbo la cuestionada normativa y aplique en su lugar los castigos «más leves» de acuerdo a la «tradición constitucional» de los socios comunitarios.
Protesta de Roma
Roberto Maroni, ministro de Interior y promotor del delito de inmigración clandestina, censuró abiertamente el fallo. Incluso, sugirió la existencia de un complot comunitario contra Italia. «Europa no nos ha echado una mano y ahora hasta nos complica la vida. ¿Por qué la toman solo con Italia?», se preguntó en referencia a la reciente negativa de los Veintisiete a acoger a parte de los 26.000 inmigrantes llegados desde principios de año a los costas transalpinas. El miembro de la Liga Norte subrayó que con la eliminación de la normativa «se corre el riesgo de hacer imposibles las expulsiones porque se transforman solo en intimidaciones».
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