¿hay impermeabilidad?

Los «sin papeles» tratan de escapar a los controles

La Voz de Galicia, Catherine Marciano, 19-04-2011

Como cada día en Ventimiglia, la última estación italiana antes de la Costa Azul, decenas de inmigrantes tunecinos subían ayer a bordo de trenes regionales con la esperanza de escapar a los esporádicos controles de los gendarmes franceses. En la pequeña estación se amontonan los periodistas que rivalizan en imaginación para comprobar la impermeabilidad de la frontera.

Uno de ellos se dispone a atravesar en coche a Francia con unos tunecinos: «Yo tengo los papeles y ellos también, no hay nada ilegal», asegura. Ridha, un tunecino, ha realizado el camino inverso. Instalado ya en Niza, ha viajado a Ventimiglia, como cada vez más compatriotas suyos, para conseguir el preciado permiso de residencia europea de seis meses entregado por Italia. Provisto de su «salvoconducto» (un documento similar a un pasaporte que permite viajar a los refugiados y apátridas residentes en Francia) y del famoso «permiso de residencia», una tarjeta electrónica anaranjada, Ridha planea viajar a Marsella para pedir un pasaporte tunecino con el que residir legalmente en Francia.

Francia anunció que rechazará los permisos de residencia temporales italianos si los inmigrantes no disponen también de un pasaporte en regla y de los recursos suficientes.

En el tren de las 11.47 con destino a Niza suben a bordo decenas de inmigrantes sin equipaje. Ridha se instala en un compartimento con una docena de jóvenes. Sentados entre los turistas, el paisaje bucólico de la costa mediterránea no les interesa. En cada parada, se levantan de sus asientos y permanecen al acecho por si hay algún control policial.

Según un controlador francés, la policía vigila «alrededor de uno de cada tres trenes».

Los inmigrantes contienen la respiración en cada una de las paradas que se realizan en una decena de localidades antes de llegar a la estación de Niza.

Cuando se baja del tren en Niza, Ridha enciende un cigarrillo y esboza una sonrisa. La vía está libre. Nourredine y Lofti deciden ir a Grasse, desde donde tomarán un autobús hasta Marsella.

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