Una figura pintoresca a la que ya nadie toma en broma

El Mundo, P. P. M. , 18-04-2011

El licenciado en Ciencias Sociales Timo Soini vive desde hace 42 años, o sea, desde que tenía seis, en un apartamento perfectamente corriente de 90 metros cuadrados situado en Espoo, la segunda ciudad de Finlandia. Detalles de austeridad como este son los que han hecho extraordinariamente popular al líder de Verdaderos Finlandeses entre ese amplio sector del electorado que desconfía casi por instinto de los políticos de carrera.

Sus votantes convergen desde orígenes variopintos: cuentan desde escépticos reacios a las urnas, hasta socialdemócratas desencantados con lo que consideran exceso de corrección política en su partido de toda la vida ante temas como la inmigración, que como en el resto de la Europa nórdica suele asociarse a un aumento de la delincuencia.

Sin olvidar, por supuesto, a ultraderechistas y xenófobos clásicos, que por fin han encontrado un líder a su gusto, aunque Soini asegure que aborrece cualquier tipo de racismo, «como aquel que se refiere a los ingleses como anglosajones», tal y como explicó en una reciente visita a Irlanda.

En la isla verde, precisamente, halló Soini hace 26 años el fundamento de sus convicciones morales y políticas.

Él era entonces un mochilero finlandés, luterano como más del 90% de sus compatriotas, que recorría Europa por interrail. Hasta que en una visita a la catedral de St. Mary, en Killarney, una conversación sobre religión con una monja local le causó tal impresión que decidió convertirse al catolicismo. De ahí proceden su radical rechazo al aborto y al derecho de adopción para homosexuales. Menos clara es la causa de su pasión por el Millwall, el club de fútbol de peor reputación de Inglaterra.

La carrera política de Soini comenzó en 1979 al afiliarse al Partido Rural, una formación nacida en 1959 que alcanzó sus días de mayor gloria en los 70 y los 80 (en las legislativas de 1970 y 1983 rondó el 10 % de los votos) como portavoz de desempleados y pequeños agricultores.

Soini fue secretario general de 1992 a 1995, cuando tuvo que disolver el partido por problemas económicos. Ese mismo año fundó Verdaderos Finlandeses.

Durante casi una década, hasta que empezó su ascenso en las urnas, al rollizo Soini se le consideraba en Finlandia una figura pintoresca, con ciertas dotes humorísticas pero escaso peso político. Ahora ya nadie le toma en broma.

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