Cerca de 40 de los autoproclamados Verdaderos Finlandeses irrumpirán en el Parlamento de Finlandia después de las elecciones de ayer, con lo que el nuevo Gobierno vendrá cargado de fuertes dosis de nacionalismo y escepticismos varios: hacia la inmigración, hacia los homosexuales, hacia el cambio climático y, muy especialmente en estos tiempos de crisis, hacia la Unión Europea (UE).

La formación de Timo Soini obtuvo un éxito histórico con un 19% de los votos, un 15,3% más que hace cuatro años. Un avance impresionante que lo convierte en el tercer partido del país, superando a los grandes perdedores de la jornada, los centristas de la primera ministra, Mari Kiviniemi, cuyo 18% supone un retroceso de nueve puntos respecto a 2007.

Kiviniemi deberá ceder el cargo a su aliado Jyrki Katainen, actual ministro de Finanzas y líder del conservador Partido de Coalición Nacional, que por primera vez ha sido el más votado con un 20,4%. Al frente de la oposición de izquierda, los socialdemócratas retrocedieron casi cuatro puntos hasta un 19,1%, solo una décima por encima de Verdaderos Finlandeses.

«Es un triunfo de la razón y del pueblo finlandés», manifestó Soini tras conocerse los resultados. «No podíamos seguir con los mismos viejos partidos año tras año y década tras década. Estas elecciones suponen un desafío para el statu quo y el principio de una nueva era política».

El espectacular crecimiento de los ultranacionalistas marca un hito insólito en los últimos 100 años, caracterizados por un consensual reparto del poder entre conservadores, socialdemócratas y centristas. Estos últimos, en vista del descalabro sufrido, anunciaron ayer que pasarán a la oposición, mientras que el conservador Katainen se verá obligado a negociar el ingreso en el Gobierno de Verdaderos Finlandeses, algo que de momento no parece causarle problemas de conciencia. «Podemos colaborar con cualquier partido siempre que el desenlace de las elecciones y los respectivos programas lo permitan», indicó anoche.

En Finlandia ni la primera ministra, ni su presumible sucesor han insinuado querer marginar a los ultranacionalistas. Es más, arrinconados por la vehemencia anti-UE de Soini, su euroescepticismo ha subido bastantes grados, reclamando ambos mayor severidad frente a los problemas económicos de Portugal.

Soini no desea mayor severidad, sino directamente que se suspenda cualquier tipo de ayuda a los países de la Unión necesitados de socorro financiero, postura que reiteró ayer tras comparecer ante sus entusiastas correligionarios en la celebración post-victoria. Katainen ya se ha mostrado dispuesto a discutir las exigencias ultranacionalistas.

La probable entrada de Verdaderos Finlandeses como miembros de peso del Gobierno puede conducir a que Helsinki bloquee toda operación de rescate económico de miembros de la UE en apuros. El objetivo de Soini y los suyos es que la Unión retroceda en el tiempo hasta reconvertirse en una zona de libre comercio sin ataduras políticas. «Los países con problemas: Grecia, Portugal y España, son todos miembros de la Eurozona porque el sistema monetario de la UE es fundamentalmente político, no económico. Ni está basado en el libre mercado, ni funciona», declaró durante la campaña en una entrevista con la cadena de televisión finlandesa MTV3.

«La decisión de formar una unión monetaria fue política, y el dinero político nunca funciona», añadió. «Ha sido el mayor lavado de cerebro jamás realizado en Occidente. Nos mintieron entonces y nos mienten ahora. Grecia debería ser expulsada del euro. No sobrevivirá por mucho dinero que se le inyecte. Finlandia no puede seguir financiando las fiestas del sur de Europa».