La UE enfurece a Italia al negarse a acoger inmigrantes
El Correo, , 12-04-2011Los socios de la UE rechazaron ayer distribuir por territorio comunitario a los 25.000 inmigrantes tunecinos llegados a Italia desde principios de año. Los ministros de Interior de los Veintisiete se negaron a respaldar una propuesta del Gobierno de Roma que permitiría a los ‘sin papeles’ lograr un permiso temporal para quedarse en Europa. La negativa de los países miembros enfureció al Ejecutivo de Berlusconi, que llegó a cuestionarse el «sentido de seguir formando parte de la Unión». El titular de Interior italiano, Roberto Maroni, salió de la tensa cumbre celebrada en Luxemburgo hecho una fiera. «La UE se activa rápido solo para salvar a los bancos y declarar la guerra, pero cuando se le pide solidaridad para ayudar a un socio en dificultades, se esconde», censuró tras acusar a la Unión de «abandonar» a su país.
Italia no fue el único Gobierno que subió ayer el tono. Francia cargó a su vez contra el Ejecutivo de Roma por anunciar la semana pasada que concedería una autorización provisional a buena parte de los 25.000 indocumentados. Este documento, que ya está en poder de un número indeterminado de inmigrantes, permitiría a sus titulares moverse por la UE sin mayores problemas. Alemania, Reino Unido, Austria, Polonia y Eslovaquia secundaron las críticas vertidas por París.
La bronca que estalló en Luxemburgo es fruto de la presión migratoria que afronta Italia desde que comenzó el año. Aunque la isla de Lampedusa ha recibido a miles de inmigrantes en los últimos ejercicios, la situación se agravó a mediados de enero tras el estallido de las revueltas norteafricanas. Desde entonces, el Gobierno de Berlusconi asegura que han llegado a sus costas 25.867 extranjeros – la mayoría tunecinos – en 390 desembarcos.
«Sujetos peligrosos»
La UE ha ido respondiendo a las sucesivas peticiones de ayuda de Italia con dinero y medios técnicos. La agencia europea de control de fronteras (Frontex) reforzó en febrero su presencia en el Mediterráneo con el respaldo de una decena de países. Además, Bruselas acordó entregar a Roma 75 millones de euros, cantidad que puede ser ampliada hasta los 100 millones.
Pese a los esfuerzos comunitarios, Roma siempre ha lamentado que la UE no otorgara una dimensión europea al problema. Por ello, Maroni anunció que concedería un permiso temporal a buena parte de los 25.000 tunecinos. El certificado, precisó, no se entregaría a «sujetos socialmente peligrosos» ni a los que tuvieran un proceso de expulsión. Berlusconi remarcó el sábado en Lampedusa que los Veintisiete debían implicarse para frenar este «tsunami humano».
La UE respondió ayer a Italia con una doble negativa. Los ministros de Interior se opusieron a activar una directiva de protección temporal para los ‘sin papeles’. Esta herramienta, pensada para hacer frente al desplazamiento de miles de refugiados por un conflicto, subraya que deben cumplirse tres supuestos: necesidad real de apoyo internacional, imposibilidad de que los ‘sin papeles’ vuelvan a su país por cuestiones de seguridad y que se trate de un flujo masivo de afectados. Los Veintisiete, como explicó Alfredo Pérez Rubalcaba, defienden que los tunecinos «son estrictamente inmigrantes ilegales» y deben ser repatriados porque no se ajustan al derecho de asilo.
El segundo ‘no’ a Italia fue proclamado por Francia y Alemania. Ambos gobiernos anunciaron que reforzarán los controles en sus fronteras después de que Roma acordara ofrecer permisos temporales a los inmigrantes. El Ejecutivo galo indicó que ya han empezado a «devolver» a Italia a ‘sin papeles’ tunecinos escudándose en la normativa comunitaria que permite exigir a los extranjeros documentos de viaje y dinero para su manutención.
Mientras tanto, la inmigración ilegal sigue colapsando Lampedusa. En las últimas horas, cerca de 700 indocumentados han desembarcado en esta isla italiana procedentes de las costas libias. Ante la posibilidad de una inminente repatriación, en el centro de acogida de la isla, donde actualmente hay cerca de 1.000 tunecinos, se vivieron momentos de tensión cuando un grupo de inmigrantes quemaron colchones. Otros ‘sin papeles’ subieron a la azotea del edificio en señal de protesta, mientras que algunos lanzaron objetos a las fuerzas del orden.
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