Ana Feodorov Forma parte de las listas municipales del PNV en Amorebieta

"Nos afecta de igual forma lo que ocurre en el municipio"

Deia, A. Atxutegi, 10-04-2011

Bilbao. Llegó, hace seis años y medio, desde su Rumanía natal, aunque Ana Feodorov es rusa lipovena, una comunidad que cuenta con un gran número de miembros en Amorebieta. Estas elecciones forma parte de la candidatura municipal del PNV, en la que participa “para poder ayudar a integrarse mejor a los inmigrantes ”.

¿Cuánto tiempo lleva viviendo en Amorebieta?

Seis años y medio. Cuando llegué, mi familia llevaba ya algunos años viviendo aquí.

¿Contenta?

Sí, mucho. Me siento muy a gusto, como si hubiera nacido aquí. La gente nos ha recibido bastante bien en Euskadi; tengo amigos en otras comunidades de España y es diferente. Aquí nos han aceptado siempre como somos, han intentado conocernos, nos han ayudado… Mi madre incluso está aprendiendo euskera; en casa siempre está con sus diccionarios. Yo todavía no; algunas palabras sé, pero no suficiente para mantener una conversación. Quizá algún día (sonríe)… Me gustaría, la pena es que en la calle no me hablan euskera; aprendería más rápido.

¿Es la primera vez que se presenta a unas elecciones municipales?

Sí. Antes conocía al resto de personas que forman la lista, pero nunca me había planteado formar parte de ella.

Y ahora, ¿por qué lo ha hecho?

Por hacer ver al resto de inmigrantes que, al vivir en el pueblo, también podemos aportar ideas. Todo lo que pasa en Amorebieta nos afecta de la misma forma y nuestra opinión es también importante.

¿Qué quiere aportar con su presencia?

Todavía no me he planteado grandes cosas (sonríe). Me gustaría poder ayudar a la gente inmigrante a que se integre mejor y más rápido; que sepan que hay alguien que les puede ayudar y escuchar. Una especie de puente entre los inmigrantes y el Ayuntamiento; transmitir a los políticos las preocupaciones y necesidades de ese colectivo, y viceversa. Me interesa la parte más social del trabajo municipal, porque así podría ayudar a la gente.

Los datos de participación de los inmigrantes en las elecciones no son muy altos.

En el caso de los rumanos, la gente no confía en la clase política. En Rumanía hay una corrupción tremenda y la gente ha perdido la confianza en los políticos. Recuperarla, ahora, aunque sea en otro país, es difícil. En Rumanía tienes que apañarte solo y la gente hace lo mismo aquí; ganarse la vida como pueden. No les gusta pedir ayuda, porque creen que la respuesta va a ser la misma que en Rumanía; hay gente que ni siquiera sabe que puede ir al centro de día; no es que no quieran, sino que creen que se lo van a denegar, como en Rumanía. Por eso, si me ven a mí en la vida municipal, creo que cogerían más confianza para votar, opinar…

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