En una ida y venida de Roma a Túnez del ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, y tras casi nueve horas de negociación con su homólogo tunecino, el Gobierno consiguió firmar un acuerdo en un intento desesperado por frenar los desembarcos y lograr la repatriación de los inmigrantes llegados a su territorio.

Aunque Maroni se mostró satisfecho, en Italia se ha calificado el acuerdo de débil. Según el ministro, se trata de «cerrar el grifo» de nuevos desembarcos.

Área Schengen

Desde hoy, los tunecinos presentes en territorio italiano podrán obtener un permiso de estancia provisional que durará tres meses y con el que podrán moverse en el área de Schengen. Además, Italia donará a las fuerzas de seguridad tunecinas seis lanchas, cuatro patrulleras y un centenar de fuerabordas para controlar las costas. Por su parte, Túnez acogerá a 800 inmigrantes que serán repatriados, aunque aún no se ha establecido cuándo.

Además, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se reunirá el próximo día 26 con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para tratar el problema migratorio, ya que Francia devuelve a Italia a los tunecinos que intentan alcanzar el país galo por la frontera de Ventimiglia.

Por su parte, la Comisión Europea quiere reforzar la operación Hermes de la agencia de control de fronteras (Frontex) en la isla italiana de Lampedusa ante una posible nueva oleada de inmigrantes del norte de África, según una carta remitida ayer a los países de la UE por la comisaria de Inmigración, Cecilia Malmstrom.