El agua acaba con los sueños de 200 inmigrantes
Veinte personas fallecen tras hundirse un cayuco al sur de la isla de Lampedusa
El Mundo, , 07-04-2011«En la barca viajábamos unas 370 personas, entre ellas numerosas mujeres y al menos tres niños. Habíamos partido de la localidad libia de Al Zwara. Llevábamos tres días y dos noches navegando por el mar cuando ayer martes, a eso de las 18.00 horas, comenzó el mal tiempo. Nuestra barca empezó a moverse con fuerza, oscilando a la derecha y a la izquierda. Parecía el Titanic. Algunas personas comenzaron a caer al mar. Luego la barca se volteó y todos nos fuimos al agua. Era un infierno. Me entraba agua por la boca, pero logré mantenerme a flote».
Es el espeluznante relato del camerunés Peter Uko, de 29 años, residente los dos últimos años en Libia, donde trabajaba como albañil. Uko es uno de los 47 supervivientes de la tragedia que el martes por la noche se registró en el canal de Sicilia al naufragar un cayuco de 13 metros repleto de inmigrantes que trataba de alcanzar las costas de Italia.
En la barca viajaban al menos 200 personas aunque algunos testigos, como el propio Peter Uko, hablan de más de 370, todos ellos subsaharianos procedentes según todos los indicios de Somalia, Etiopía, Nigeria, Camerún, Chad, Costa de Marfil y Sudán. De ellos, al menos 20 fallecieron y del resto nada se sabía.
Las aguas del canal de Sicilia se transformaron ayer en un cementerio marino sobre el que flotaban decenas de cadáveres. Así lo afirmaban, horrorizados, los pilotos de las fuerzas de seguridad italianas que en vano sobrevolaron la zona en helicóptero en busca de posibles supervivientes a la tragedia, sin encontrar ninguno. «Hemos esperado a ver si veíamos a alguno levantar un brazo, pero no ha sido así. Es difícil decir cuántos cadáveres había, una veintena, entre ellos los cuerpecitos de algunos niños», relataba un miembro de la Guardia de Finanzas.
El naufragio ocurrió a sólo 40 millas (unos 60 kilómetros) al sur de la isla siciliana de Lampedusa, en aguas territoriales de Malta. Sin embargo, fueron los italianos los primeros en personarse en la zona, tras ser avisados por las autoridades maltesas de la tragedia.
Dos patrulleras de la Guardia Costera italiana partieron inmediatamente hacia el lugar desafiando el temporal que se abatía sobre la zona y llegando allí en torno a las 4.00 horas.
Una de las patrulleras italianas se aproximó hasta el cayuco para tratar de remolcarlo hasta la costa. Pero, desesperados por salvarse, los inmigrantes se precipitaron hacia un mismo lado de su barcaza, el más próximo a la patrullera, haciendo volcar la embarcación y cayendo todos al agua.
El mal tiempo, con olas de hasta tres metros, complicó posteriormente los intentos de rescate.
En las tareas de auxilio también participó un pesquero, el Cartagine, que se encontraba faenando a sólo 10 millas del escenario del suceso. «Recibimos vía radio un mensaje de alarma de la capitanía del puerto y nos dirigimos inmediatamente hacia el lugar. Lo que vimos allí era increíble: había cabezas que aparecían y desaparecían en el agua, gente que chillaba. Estaba muy oscuro, no se veía nada ni siquiera con las lámparas fotoeléctricas, pero oíamos los gritos de algunas personas y gracias a eso pudimos salvar a tres de ellas», relataba Francesco Rifiorito, capitán del pesquero.
La tragedia de ayer se inscribe dentro de la riada de personas que, huyendo muchas de ellas de la guerra desatada en Libia, están tratando de poner rumbo a Europa. Desde que comenzara el año han llegado a las costas italianas 25.800 inmigrantes, de los cuales 2.300 son libios y el resto tunecinos. La semana pasada se desató el caos en la isla de Lampedusa, al acumularse en la zona más de 5.000 inmigrantes (cuando su centro de acogida sólo tiene capacidad para 850), sobrepasando a la población local y provocando graves problemas de higiene.
Según los analistas, el Gobierno de Silvio Berlusconi habría permitido a propósito que se generara el problema, para desviar así la atención de los problemas judiciales del premier y para presionar a Europa a colaborar en la solución del problema. Berlusconi lamentó ayer la tragedia provocada por el naufragio del cayuco y anunció que el sábado volverá a Lampedusa.
Por otra parte, Roeberto Maroni, ministro del Interior, comparecerá hoy ante el Parlamento italiano para explicar el acuerdo sobre inmigración que Italia ha alcanzado con Túnez, y según el cual Roma concederá permiso de residencia a los 20.000 inmigrantes de esa nacionalidad que han llegado y repatriará a los que lleguen a partir de ahora.
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