El Mediterráneo se ha convertido en la tumba de cientos de inmigrantes que soñaban con escapar de la pobreza, el hambre y la guerra para empezar una nueva existencia en Europa. Las últimas víctimas se dejaron la vida en la noche del martes al miércoles cuando su embarcación se hundió mientras era socorrida por una patrullera a 39 millas de la isla italiana de Lampedusa. Las olas de más de tres metros, el fortísimo viento y la escasa visibilidad de la tormenta que azotaba la zona hicieron que de los 300 subsaharianos que iban en la nave sólo pudieran ser salvados 50. Se da por desaparecidos a los otros 250 inmigrantes, aunque sus posibilidades de seguir vivos son remotas. El piloto de un helicóptero que sobrevoló la zona ha contado que vio decenas de cuerpos sin vida flotando en el agua, algunos de ellos de niños.
La embarcación zarpó hace tres días de las costas libias. Las autoridades sospechan que no viajaba ningún marinero ni nadie que supiera manejarla, ya que en los últimos tiempos los traficantes dejan solos a los indocumentados en la nave, a la que marcan la ruta con un sistema de GPS. Esta locura se tornó en tragedia por la tormenta, que partió la nave. Entonces uno de los inmigrantes pidió ayuda por teléfono satélite a las autoridades maltesas, que a su vez avisaron a las italianas.
Gianluigi Lopes, de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), explica desde Lampedusa que entre los supervivientes había dos mujeres, ambas somalíes, una de las cuales está embarazada de ocho meses. «Los náufragos llegaron en estado de ‘shock’. Estaban muy débiles, deshidratados y con hipotermia. No podían ni hablar», cuenta. MSF no se explica cómo siguen perdiendo la vida en el mar tantos inmigrantes con la gran cantidad de naves occidentales desplegadas actualmente en esta zona del Mediterráneo.
No hay un recuento oficial de las personas que han muerto intentando llegar a Lampedusa en los últimos dos meses. No obstante, un vistazo a las hemerotecas permite aventurar que son al menos 500 los indocumentados fallecidos desde que las revoluciones en el Magreb aceleraron el flujo migratorio. Según la asociación Fortress Europe, al menos 15.750 personas han perecido en las últimas décadas intentando llegar a Europa. Para tratar el drama de la inmigración y la situación en el norte de África, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se reunirán en Roma el próximo 26 de abril.

800 euros por un viaje hasta Francia
En toda tragedia humano siempre hay quien intenta sacar tajada. En Manduria, la localidad de la región sureña de Puglia donde se ha levantado uno de los campamentos para acoger a los inmigrantes que desembarcaron en la isla de Lampedusa, algunos vecinos están haciendo el agosto. A los indocumentados que se escapan del centro les ofrecen llevarlos en coche hasta la frontera francesa por 800 euros. El viaje a la capital regional, Bari, sale algo más barato, 200 euros, mientras que por ser transportados a la estación de tren más cercana hay que pagar 20 euros. Han sido los propios inmigrantes irregulares los que han denunciado las tarifas de este mercado negro de los seres humanos.