El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, viajó ayer a Túnez para abordar la llegada masiva de indocumentados a Italia con su homólogo tunecino, Beyi Caid Essebsi, con quien, a pesar de la voluntad de colaboración mostrada, no consiguió cerrar un acuerdo.

Tras el encuentro, Berlusconi explicó que la firma del acuerdo deberá esperar y que está previsto que hoy el titular de Interior, Roberto Maroni (también presente ayer en Túnez), vuelva al país norteafricano para «verificar los resultados» de la comisión que trabaja en el texto.

«Ya desde ahora existe la absoluta voluntad por ambas partes de encontrar una solución que va en la dirección del control de la costa. Nosotros daremos nuestra ayuda en términos de medios de tierra y de mar para que el control sea eficiente», dijo Berlusconi.

Es posible una solución al asunto de la repatriación, «sobre lo que estamos trabajando. Existe la disponibilidad por parte del Gobierno tunecino y existe nuestra voluntad de hacerlo de manera absolutamente cívica», añadió.

Ante los más de 22.000 indocumentados, en su mayoría tunecinos, que han llegado a las costas de Italia este año, el jefe del Ejecutivo italiano propuso ayer a Túnez la repatriación de unos cien inmigrantes al día, a cambio de ayudas económicas para propiciar su reinserción.

«Sabemos que existe una emergencia y que es un momento difícil para la economía tunecina, con jóvenes que miran a Europa para intentar crearse una nueva vida donde existe democracia y libertad, y esto es comprensible», comentó Berlusconi. Asimismo, explicó que la situación en la isla italiana de Lampedusa ha mejorado tras el traslado de parte de los indocumentados a otras zonas de Italia, pero dijo que el domingo llegaron más de 800.

Por otra parte, la Fiscalía de Milán pidió ayer el enjuiciamiento de Berlusconi por un supuesto delito de fraude fiscal y apropiación indebida en el caso Mediatrade. La petición de los fiscales fue presentada en la sesión de la audiencia preliminar celebrada ayer en Milán y a la que Berlusconi no asistió. Asimismo, la Fiscalía pidió la apertura de un juicio contra las otras once personas imputadas en el proceso y entre las que figuran el hijo del primer ministro Pier Silvio Berlusconi, vicepresidente del grupo televisivo Mediaset, por el supuesto delito de fraude fiscal.