La población vasca aumenta poco a poco; y gracias a los inmigrantes . Así se desprende del avance provisional del padrón municipal, dado a conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y según el cual el censo global del País Vasco se incrementó en 5.276 miembros durante 2010. La práctica totalidad de ese crecimiento se debió al flujo migratorio, ya que el colectivo de extranjeros empadronados sumó 5.182 más, hasta totalizar 144.551, mientras que el grupo de vascos y de nacidos en otros puntos de España apenas arrojó un saldo positivo de 94. En suma, fueron los foráneos quienes permitieron a Euskadi arañar un nuevo ‘récord’ demográfico: 2.183.615 habitantes.

El INE aporta también otro dato significativo. Durante el pasado ejercicio, el País Vasco fue la segunda autonomía donde más aumentaron los inmigrantes empadronados, solo superada por Andalucía, que registró 23.120 más, y por delante de Extremadura (2.104). En cambio, otras comunidades más populosas que la vasca, y que antes de la crisis registraban crecimientos imparables de extranjeros, anotaron descensos netos durante 2010. Es el caso de Madrid, con 17.918 inmigrantes menos, la Comunidad Valenciana ( – 16.081) y Cataluña ( – 15.581).

No obstante, estos números tienen matices, ya que en esas regiones los no nacionales son mucho más numerosos que Euskadi. Madrid y Cataluña contabilizan más de un millón de empadronados no españoles, y Valencia se acerca a los 900.000. Igualmente, Andalucía alcanza casi 730.00. En suma, entre las cuatro autonomías acaparan más de la mitad de los 5,7 millones de extranjeros empadronados en España a 1 de enero de 2011. Según el INE, la inmigración representa ahora mismo el 12,2% de la población española, el mismo porcentaje de 2009. En Euskadi, no obstante, ha variado dos décimas, para subir levemente del 6,4% al 6,6%.

Rumanos y marroquíes

En suma, los no nacionales ganan terreno año tras año en el censo vasco; en particular, los rumanos (16.220 en total), los marroquíes (15.679), los colombianos (12.099) y los bolivianos (11.788). Ahora bien, dentro de Euskadi, la evolución de la inmigración es desigual. En Álava alcanza el 8,9%, con 28.641 extranjeros. Por su parte, Vizcaya se sitúa en el 6,2% (71.962) y Guipúzcoa registra un porcentaje similar con 43.948. El mayor aumento, en cifras absolutas, lo registra el territorio vizcaíno, donde ese colectivo crece en 3.252 personas. Guipúzcoa suma 1.499 más, y Álava se estanca un poco, con un aumento de 431.

Una de las conclusiones que arroja la revisión del padrón es que la comunidad vasca ha pasado de figurar a la cola entre las comunidades receptoras de inmigración – como ocurrió en toda a la cornisa cantábrica – a situarse en las posiciones de cabeza, en un contexto diferente, pero como habían advertido los expertos cuando la recesión comenzó a sentirse en toda su crudeza.

Entonces pronosticaron que ya no llegarían a Euskadi tantos extranjeros como, por ejemplo, en 2008, cuando ese colectivo aumentó en 18.813 personas. Pero indicaron que el goteo no cesaría y que una buena parte de los nuevos inmigrantes – más de un tercio hace tres años – procederían de las autonomías más castigadas por la falta de trabajo. Otro factor que también puede estar influyendo en el incremento de la población foránea en Euskadi es un fenómeno habitual en los procesos migratorios: en una primera fase, los extranjeros se instalan en las ciudades más grandes de un país, pero luego se extienden por el resto del territorio, aprovechando las redes familiares y de compatriotas.