La visita que ayer realizó el primer ministro Silvio Berlusconi a la isla de Lampedusa estuvo acompañada de una lluvia de promesas a los residentes que lo esperaban en la plaza y que días atrás habían protagonizado diversas protestas. La más importante es el traslado en las próximas horas de los inmigrantes : «En 48-60 horas, la isla será habitada solo por lampedusianos», prometió, mientras aseguraba la inminente llegada de seis barcos que se llevarán a los seis mil norteafricanos que ocupan el centro de acogida y la estación marítima.

Los regalos de Berlusconi no acababan aquí. Il Cavaliere anunció que la isla será presentada como candidata al Nobel de la Paz por ser «la frontera entre un mundo sin democracia ni libertades» y el mundo «occidental y Europa». El paquete se completó con un programa de fomento del turismo con anuncios en las televisiones Rai y Mediaset, la limpieza de las playas y el pintado de las casas, así como gasóleo a precios bajos para los pescadores y un puerto franco «que el Gobierno solicitará a Europa».

Además, Berlusconi explicó que aunque los acuerdos con Túnez prevén el control de puertos y costas, su Gobierno está «comprando los pesqueros para que estos no los puedan utilizar para llegar a Lampedusa». Lo que sí ya ha hecho, anunció, es comprar una casa en la isla para ser «también un lampedusiano». Tras la visita oficial, el jefe del Gobierno y su séquito se trasladaron hasta la nueva propiedad, que está en la Cala Francese. A la casa, de estilo mediterráneo, se la conoce como Villa Due Palme por las palmeras de su jardín. Il Cavaliere dijo haberla comprado por Internet. La operación de evacuación de la isla comenzó por la tarde, aunque al cierre de esta edición no se sabía con certeza el destino de los refugiados.