Unos 80 inmigrantes intentan de nuevo saltar la valla de Melilla
Otros dos centenares marchan por la ciudad para exigir su salida a la Península
ABC, , 29-03-2011La mecha se enciende en Melilla con poca combustión, pero esta vez había tres muertos abrasados en una chabola para servir como pretexto. Desde el sábado, los subsaharianos que malviven a uno y otro lado de la frontera, se han decidido a dar un paso al frente. Ayer, cuando aún amanecía, intentaron llegar a la Ciudad Autónoma por tres lugares distintos: un grupo de unos cuarenta hombres trataron de colarse por Aguadú, aunque fueron retenidos en zona marroquí; otros treinta lo intentaron por la llamada «zona del quemadero» (el antiguo hito 18) y una quincena más por la del dique Sur.
Todos en una actuación más o menos coordinada y encaminada a desbordar a los agentes españoles que vivieron momentos de apuro, según admiten a ABC, al quedarse en algunos puntos solo dos o tres funcionarios. «Mándame refuerzos», fue la consigna más repetida tanto por parte de la Policía como de la Guardia Civil, cuyos hombres no daban abasto para contener la tentativa de decenas de hombres desesperados. ¿Por qué ayer? Para aprovechar la coyuntura.
A las nueve de la mañana estaba prevista una marcha a la que se sumaron unos dos centenares de subsaharianos, según informó la Delegación del Gobierno en Melilla. Caminaron desde el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de la ciudad hasta la sede de los juzgados y de la Delegación del Gobierno para exigir su salida a la Península. Según fuentes policiales, estos «sin papeles», algunos instalados en la ciudad desde hace años y sin posibilidad de entrar en España, avisaron por teléfono a los inmigrantes que se cobijan en el lado marroquí —hay unos 150 concentrados en la llamada zona «Cantera», malviviendo y escondiéndose como alimañas—.
Los inquilinos del CETI alertaron de la manifestación, de que posiblemente la Policía y la Guardia Civil estarían controlando sus movimientos y eso les proporcionaría a quienes aguardan al otro lado una oportunidad para saltar la valla y colarse en la ciudad, de ahí el triple intento a la desesperada, que fracasó.
«No vamos a morir por nada» o «El CETI es una prisión» fueron algunas de las pancartas exhibidas. La delegada del Gobierno se ha comprometido a estudiar caso por caso, como han hecho sus predecesores cada vez que se enciende la mecha. Como mucho habrá papeles para los cabecillas de la protesta y el resto seguirá en el CETI.
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