‘Hiritartasuna denontzat. Aquí vivimos aquí votamos’ es el lema elegido para encabezar la marcha guipuzcoana contra el racismo y la xenofobia que se celebrará el domingo. Como en otras ediciones, arrancará a las 11.30 en el mercado central de Trintxerpe y finalizará a las 13 horas en el quiosco del Boulevard donostiarra, donde se realizará una lectura de las reivindicaciones a favor de los inmigrantes.
La proximidad de las elecciones municipales ha hecho que las entidades organizadoras, la Coordinadora de ONG de Euskadi, Medicus Mundi y SOS Racismo, hayan postulado el derecho a votar de todos los inmigrantes, según informaron en una rueda de prensa celebrada ayer en el Koldo Mitxelena. Previamente realizaron un acto simbólico en la entrada en el que gente dispar votaba con papeletas amarillas en contra de la xenofobia y por la igualdad.
Para esta novena marcha se han adherido ocho nuevas organizaciones, con lo que suman ya 54. Además, los alumnos de Diseño Gráfico del Instituto Usandizaga han colaborado creando un vídeo y el cartel anunciador de la marcha.
Silvana Luciani y Mikel Mazkiaran, de SOS Racismo, reclamaron «el derecho a voto de los inmigrantes que cumplan la ley», es decir, cinco años de permanencia en este país, y denunciaron los tratados de reciprocidad que España no firma con países extracomunitarios con inmigrantes aquí, por lo que no se les reconoce el derecho a votar «y lleva inexorablemente a la discriminación». Reclaman que se suspenda el artículo 13.2 de la Constitución y basar el derecho de votar en la simple residencia. «Abogamos por una sociedad integrada y queremos marchar y votar por Gipuzkoa», resumió Luciani.
En Gipuzkoa existen 2.231 votantes potenciales extracomunitarios, de los que se han inscrito para votar sólo 225. En Euskadi, las personas comunitarias inscritas en el censo ascendía a 5.107 y las potenciales a 13.720. Los extracomunitarios suman 7.314 personas.
Mencionaron un decálogo del voto basado en la residencia, por la igualdad, la justicia y los derechos, entre otros. El color amarillo fue elegido «por su positivismo, amabilidad y entendimiento y porque es el color para advertir, en este caso, de la necesidad de cambio», según explicaron Oihane Alberdi y Oihane Esparza, del Peñaflorida.