El plan de formación y empleo para inmigrantes del Concello de Mos del pasado año va camino de la Fiscalía. El remitente es el grupo socialista, que ha denunciado que existen graves irregularidades en la tramitación, responsabilidad de su ex compañero de filas, el concejal Gerardo Alonso. Después de meses de preguntas en los plenos y comisiones, la agrupación decidió ayer celebrar una sesión extraordinaria para solicitar explicaciones. Su moción pretendía también pedir a la Xunta que abriera una investigación, pero finalmente no fue aprobada por los votos en contra de los ediles del gobierno, que defendieron la legalidad de los trámites pero se negaron a que fueran estudiados en Santiago.

Pese a ello, sí se analizarán en Europa, de donde proceden los fondos de la subvención concedida a finales del 2010 al gobierno de Mos, por una cuantía de 84.000 euros aunque finalmente solo se justificaron y recibieron 46.000. Los cursos estaban dirigidos a 45 extranjeros y el compromiso que asumían las firmas era la contratación de un 13% de ellos durante un período superior a los seis meses. Tanto para el PSOE como para el BNG, los problemas se sucedieron a lo largo de toda la tramitación.

En primer lugar se tuvieron que ampliar en tres ocasiones las condiciones porque no había suficientes personas interesadas, hecho que finalmente repercutió en que ninguno de los participantes era del municipio. «Ademais, como se pediu ampliación de plazos a Xunta animou a emitir facturas por traballos que aínda estaban sen realizar», argumentó la socialista María Jesús Escudero. No fueron los únicos problemas. En el expediente de presentación se daban ya las direcciones de las empresas donde se realizarían los cursos de cocina y conductor de autobús, aunque después se invitó a varias firmas a presentar su propuesta. Finalmente se adjudicaron los cursos a dos firmas, a las que se subcontrataron las iniciativas, superando el límite del 50% del presupuesto para ello.

Desde la oposición también aprovecharon para criticar que las propuestas de las dos empresas eran fotocopias del plan presentado por el Concello y que una de ellas no contaba con personal docente para impartir el curso.

Contrataciones

La situación se vuelve aún más extraña en el caso de las contrataciones. En el curso de conductor de autobús los usuarios fueron pagados por repartir publicidad, tarea no vinculada con la formación que recibieron, solo durante unos días. Otro de los beneficiarios del taller de cocina obtuvo un contrato de una empresa que no participaba en el programa y para la que ya había trabajo durante tres años en el pasado. La lista de quejas incluyó el sueldo de la orientadora laboral contratada o la aparición de la firma de la edil Ana Cabaleiro en parte de la documentación, unas denuncias a las que se unió el grupo nacionalista en su intervención.